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El drama de los jóvenes indigentes que se prostituyen para sobrevivir en Nueva York

Nueva York es una metrópoli de luces y maravillas, de glamour y poder. Pero en sus calles, diariamente, muchos jóvenes venden sus cuerpos para obtener un ingreso y, a veces, incluso para tener un lugar donde pasar la noche lejos del rigor de la intemperie, aunque no necesariamente de la rispidez humana.

Un estudio reciente del Urban Institute desmonta algunos de los supuestos y lugares comunes sobre la prostitución juvenil en Nueva York, como que solo sucede al interior de redes de lenocinio que explotan a chicas jóvenes. Eso ciertamente existe y tiene tras de sí graves lacras y problemas sociales. Pero no es todo el panorama. La investigación del Urban Institute identificó que muchos de los jóvenes que en la Gran Manzana ofrecen servicios sexuales para lograr su subsistencia son en realidad indigentes, muchos de ellos bisexuales, gays, lesbianas y transexuales, que carecen de otra forma para sobrevivir en la jungla neoyorquina. La mayoría son de origen afroamericano y latino y su edad promedio es de 19.5 años.

Condones distribuidos por las autoridades de Nueva York entre quienes se dedican al comercio sexual. (AP)
Condones distribuidos por las autoridades de Nueva York entre quienes se dedican al comercio sexual. (AP)

El estudio entrevistó a 238 jóvenes e identificó sus historias (los investigadores les pagaron entre 20 y 30 dólares a cada uno por dar su testimonio para la investigación). Mucho de lo que contaron está teñido por referencias a problemas de pobreza, discriminación, racismo, odio contra su orientación sexual, abuso infantil previo y criminalización. Además, muchos de ellos no tienen acceso a vivienda y por lo general carecen de un ingreso que les permita vivir de modo digno (el dinero que reciben por su comercio sexual no les permite salir del círculo vicioso). Es común que se encuentren en inseguridad alimentaria y sin cobertura de salud.

El portal Vice dedicó un artículo al tema y destacó, siguiendo al Urban Institute, que por lo general estos jóvenes tienen entre 3 y 6 clientes al día, cobrando entre 91 y 231 dólares por encuentro, para un promedio de entre 356 y 736 dólares por noche. Pero esa cifra es engañosa. Muchos de los jóvenes tienen deudas con personas o grupos, y un monto considerable de sus ingresos lo consumen en ropa, teléfonos celulares y marihuana. Muchos dan parte de su dinero a otros jóvenes, a familiares o a explotadores. Algunos, incluso, lo dan a personas necesitadas. Siempre, al parecer, hay generosidad y alguien que, pese a todo, está en peor condición. No es un dinero que les permita salir adelante.

Para colmo, indica el estudio, las autoridades tienden a arrestarlos con frecuencia por diversos delitos menores, y muchas veces sufren violencia y abuso mientras se encuentran en custodia policial. Sin contar la violencia que experimentan a manos de multitud de individuos: clientes, explotadores, incluso otros jóvenes en sus mismas circunstancias. Muchos de los jóvenes llevan consigo un arma blanca, y a veces otras cosas. Saben que la violencia les acecha en las calles.

Muchos jóvenes indigentes o de escasos recursos se prostituyen para sobrevivir en Nueva York. (ABC)
Muchos jóvenes indigentes o de escasos recursos se prostituyen para sobrevivir en Nueva York. (ABC)

No hay datos firmes sobre cuántos jóvenes sobreviven de la prostitución en Nueva York, y se manejan cifras que van de los 2,000 a los 4,000 individuos. Y muchos de ellos, en situación de indigencia, se ven forzados a la prostitución simplemente para lograr un lugar donde pasar la noche, ante la insuficiencia de camas en los albergues de la ciudad para atenderlos: apenas unas 300, según el portal Vice. Además, como indica el portal, los clientes no son sólo el lugar común de viejos depredadores lascivos sino de hombres casados y con hijos. Y hay mujeres buscando relaciones con otras mujeres y otras múltiples combinaciones y motivaciones más allá del lugar común.

Sea como sea, a un 82% de los entrevistados le parece que dedicarse al sexo para sobrevivir tiene aspectos positivos: dinero y la posibilidad de satisfacer con él sus necesidades de comida y refugio que de otro modo no podrían resolver. Y aunque un 12% incluso dijo que lo hacía porque lo disfrutaba, un 90% reconoció que había cosas que les disgustaba de dedicarse a la prostitución para sobrevivir. Y 31% aceptó que les disgustaba cómo eso los hacía sentir. Además, en casi todos ellos el estudio documentó un sentimiento de frustración por no tener otra opción que la prostitución para sobrevivir: casi todos desean dejar esa forma de vida, aunque no han conseguido hacerlo.

Así, con base en los datos del Urban Institute, Vice cierra su artículo señalando severamente que las autoridades de Nueva York no ofrezcan opciones de vivienda y subsistencia para esos jóvenes, de modo de que puedan escapar de la prostitución y la indigencia. 

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