Las razones por las que hay tantos republicanos en la carrera por la Casa Blanca

En el Partido Republicano se ha dado una explosión de aspirantes, formalmente declarados o no, a la candidatura presidencial rumbo a las elecciones de 2016. Hasta ahora diez políticos republicanos han anunciado oficialmente su postulación: Ted Cruz, Rand Paul, Marco Rubio, Ben Carson, Carly Fiorina, Mike Huckabee, Rick Santorum, George Pataki, Lindsey Graham y Rick Perry.

Y al menos otro cinco, entre ellos varios de peso completo, siguen coqueteando intensamente con la posibilidad aunque no han dado el sí definitivo: Jeb Bush (ha revelado que hará su anuncio el 15 de junio), Scott Walker, Chris Christie, Bobby Jindal y John Kasich. Eso elevaría al menos a 15 la lista de suspirantes republicanos con miras a las primarias de 2016, de acuerdo a un esquema del New York Times. Y también se podría añadir al millonario Donald Trump a la lista, pues su nombre aparece en varias encuestas sobre el tema.

La baraja de aspirantes a la candidatura presidencial republicana es muy numerosa. (AP)
La baraja de aspirantes a la candidatura presidencial republicana es muy numerosa. (AP)

En el ciclo anterior, 2012, la cosa no fue del todo diferente pues al menos una docena de personas hicieron algún tipo de campaña con miras a obtener la candidatura republicana, pero solo siete políticos (Mitt Romney, Rick Santorum, Newt Gingrich, Ron Paul, Rick Perry, Jon Huntsman y Michelle Backman) llegaron a competir en primarias o caucusy, tras los resultados en Iowa y New Hampshire, solo cuatro quedaron firmes: Romney, el ganador; Santorum, el segundo lugar; Gingrich y Paul.

Y aunque los tres últimos le dieron pelea a Romney, éste al final se alzó con más de la mitad del voto popular y una amplia mayoría de delegados, con lo que logró la candidatura. Aunque no debe olvidarse las dificultades que a principios de 2012 tuvo Romney para mostrarse como el firme puntero.

Pero no es lo mismo buscar una candidatura para enfrentar a un presidente en funciones y en campaña, como fue el caso de 2012, con la de competir por una Casa Blanca con un presidente saliente, como será en 2016. Eso abre un amplio abanico de posibilidades en ambos partidos, pero sobre todo en el Republicano donde, hasta ahora, ningún político ha logrado la presencia hegemónica que Hillary Clinton tiene en el Demócrata.

Cuatro de los principales aspirantes republicanos: Paul, Rubio, Cruz y Bush. (AP)
Cuatro de los principales aspirantes republicanos: Paul, Rubio, Cruz y Bush. (AP)

Por ello podría decirse que a unos ocho meses de los primeros comicios/caucus primarios, hay amplias posibilidades para los políticos republicanos de probar suerte, recibir atención mediática, disputar una tajada de las contribuciones de campaña y, por qué no, sobrevivir el proceso de fortalecimiento y extinción de candidatos para llegar con posibilidades al proceso primario y más allá.

Eso no significa que todos los aspirantes republicanos tengan posibilidades reales de ganar la candidatura, aunque algunos la tienen. Tampoco significa que todos realmente tengan opción de, en caso de no ganar, ser considerados para vicepresidente o lograr convertirse en un factor influyente en el futuro de su partido. Y es de suponer que todos, salvo alguno que experimente fantasías y delirios, tienen eso claro, pero han decidido dar el paso para probar suerte y, por qué no, para saborear las aguas de la fama y la atracción mediática y ciudadana aunque sea solo por unos meses. Quizá alguno incluso estaba aburrido y deseoso de una nueva actividad.

Carly Fiorina, exCEO de HP. Ella y Hillary Clinton son las únicas dos mujeres en la contienda presidencial. (AP)
Carly Fiorina, exCEO de HP. Ella y Hillary Clinton son las únicas dos mujeres en la contienda presidencial. (AP)

No hay modo de saberlo, pero en la balanza el beneficio de lanzarse hoy en pos de la candidatura presidencial es claro para todos: elevar o mantener sus bonos políticos, recibir atención mediática (mucha o poca, pero para algunos más de la que habrían obtenido de no competir), medir las aguas de los grandes donantes de fondos para conocer qué tanto alcance podrían lograr más adelante en el proceso (cuando ingentes cantidades serán necesarias) y, desde luego, tratar de convertirse en figura de una necesaria renovación del Partido Republicano, un proceso que aunque pueda entenderse de distintos modos dependiendo del político/candidato resulta necesario e inminente.

La televisora PBS da cuatro razones: dinero, atención, el ‘efecto Obama’ (algo así como “si un senador con solo un periodo en el Congreso pudo, ¿por qué no yo?”) y el sentido de historia, que para los republicanos estaría de su lado, pues solo una vez desde mediados del siglo XX un partido ha retenido el poder por un tercer periodo después de ocho años en la Casa Blanca.

Así, los números de entre 1% y 5% que, según el portal Real Clear Politics, han obtenido en encuestas recientes de ABC/Washington Post y CNN aspirantes como Santorum, Perry, Trump, Kasich, Fiorina y Graham no son necesariamente malos, por ahora, pues los mantienen en la carrera en el segundo pelotón y con la posibilidad de dar un salto si los relativos “punteros” al final no se postulan o sufren, como ha sucedido en el pasado, un súbito derrumbe.

Por ello, en tanto Bush y Walker, que son vistos como los principales contendientes, no den el sí formal, podrían incluso continuar apareciendo nuevos aspirantes republicanos. En contrapartida, puede suponerse que Bush y Walker (que con Rubio tienen entre 10% y 14% de la intención de voto actual) no han tenido prisa para declarar formalmente su aspiración porque no les resulta necesario: la mera posibilidad de su postulación y sus “precampañas” les han valido para mantenerse en el primer pelotón, sin quemar de entrada todas sus energías.

Pero eso no dudará mucho así. La tradicional encuesta republicana de Iowa en agosto dará señales más concretas y es posible que para el otoño algunos de estos aspirantes simplemente se marchitarán. Y es de suponer que varios de los actuales contendientes probablemente no llegarán o no sobrevivirán a los primeros caucus y primarias de Iowa y New Hampshire en febrero de 2016.

El senador Lindsey Graham, una figura dura en política exterior, es el más reciente aspirante a la Casa Blanca. (AP)
El senador Lindsey Graham, una figura dura en política exterior, es el más reciente aspirante a la Casa Blanca. (AP)

¿Quiénes quedarán en la contienda en el año nuevo de 2016? Aunque todo es especulativo, por el apoyo actual que algunos candidatos tienen y por su perfil político en sí, podría suponerse que Bush, Walker, Rubio, Cruz, Paul, Santorum y Graham podrían perseverar hasta muy adelante en la contienda. Y Huckabee, Christie y Carson posiblemente lleguen con algún impulso a 2016, pero todo en general es muy prematuro y mucho puede aún suceder.

Además, también es importante el factor de competitividad de un candidato ante el rival demócrata, es decir, hasta el momento, ante Hillary Clinton. Según CNN, Paul le da cercana batalla a Clinton en las encuestas recientes, con solo un punto de ventaja para la demócrata. Y Rubio y Walker están también a tres puntos de Clinton. Bush está a esa misma distancia de Hillary de acuerdo a ABC/Washington Post. Cruz, en cambio, se queda a entre 8 y 9 puntos. Nada de esto, sin embargo, es reflejo completo de lo que sería la contienda del 2016, pero ayuda a afianzar el paso y los ánimos republicanos. Y, claro está, todo sería diferente en el hasta ahora poco probable caso de que Clinton no fuera la candidata demócrata a la presidencia.

Al final, los corredores de larga distancia no necesariamente se mantienen durante todo el recorrido en la primera posición, sino que cazan entre el pelotón el momento oportuno de atacar. Y, en contrapartida, algunos quizá comprenden que no llegarán a la línea final de la maratónica contienda y que aunque lleguen a ella no se llevarán los laureles del triunfo. Pero mientras cosechen beneficios e influencia en el camino y no caigan en medio de un escándalo, muchos de ellos dirán que en este proceso lo importante no sólo es ganar, sino competir, figurar, influir pues las figuras que emerjan de la primaria republicana con un peso específico ampliado o al menos consolidado, serán presumiblemente las figuras y el rostro del futuro de ese partido en su proceso de transformación y reconfiguración.