La disculpa de una madre por el comportamiento de sus hijas conmueve en redes sociales

Los cuentos de hadas tienen, a veces, momentos dramáticos y finales felices a la vez diferentes y similares a los que la tradición y las películas han acostumbrado al público. Eso lo pueden atestiguar dos familias, confrontadas de modo peculiar durante la exhibición del más reciente filme de Cenicienta.

Así, érase una vez en Alabama cuando, según el relato de Yahoo! Parenting y la televisora ABC, Rebecca Boyd y su hija Ashley –de 12 años- acudieron hace unos días a una sala de cine para ver la nueva versión de la película de Disney. Pero lo que esperaban que fuera una experiencia agradable, quizá mágica en la fantasía infantil de Ashley, se volvió un trago amargo.

Rebecca Biyd y su hija Ashley. (Yahoo! Parenting/Rebecca Boyd)
Rebecca Biyd y su hija Ashley. (Yahoo! Parenting/Rebecca Boyd)

En los asientos de la fila detrás de la madre y su hija se sentaron dos chicas adolescentes que durante toda la película no pararon de patear los asientos, hablar en voz alta y reír de modo bobo o exagerado. Definitivamente no era el tipo de ambiente apto para disfrutar una película en la sala de cine. En algún momento Boyd se volteó y les pidió detenerse, pues ellas también habían pagado su boleto. Pero a las jóvenes no les importó y sólo se rieron de Boyd y continuaron con su mal comportamiento.

Quizá, en un caso similar, algún espectador habrá imaginado convertir a los espectadores ruidosos y maleducados en calabazas, a la inversa de la magia de Cenicienta, al menos mientras durara la película. Pero Boyd y su hija no tenían una varita mágica y tuvieron que soportar la molestia de las adolescentes malcriadas sentadas detrás de ellas.

Lo que sí tuvieron, aunque al principio no fue evidente, fue la fuerza de la educación y el catalizador de las redes sociales.

Al salir del cine, afuera del teatro, Boyd se aproximó a las chicas y les dijo que debían ser conscientes de que su comportamiento afectó a otros, como en el caso de ella y su hija, quienes por el problema de desempleo de su esposo no sabían cuándo podrían volver a ir al cine. Ellas, les dijo, habían arruinado esa oportunidad especial que Boyd había querido compartir con su hija.

El asunto podría haber acabado allí, con un sabor amargo, si no hubiese sido por la decisión considerada de la madre de las dos adolescentes. Así, en parte madrastra y con algo de hada madrina, cuando Keysha Smith Wood se enteró por su otro hijo del comportamiento de niñas en el cine, y de cómo habían causado molestia en Boyd y su hija, decidió tomar cartas en el asunto.

Keysha Smith Wood, la madre de las adolescentes malcriadas que se disculpó en redes sociales ante Boyd. (Captura de video/ABC)
Keysha Smith Wood, la madre de las adolescentes malcriadas que se disculpó en redes sociales ante Boyd. (Captura de video/ABC)

Aunque Wood no conocía la identidad de Boyd, le dirigió un mensaje de disculpas. Wood escribió en su página de Facebook que supo cómo su hija y su hijastra se comportaron en la sala de cine durante la exhibición de Cenicienta y del merecido reproche que luego Boyd le hizo a las dos jóvenes a la salida del teatro. Wood dijo que se sentía humillada por el comportamiento impropio de las chicas y pidió, aunque aún no sabía su nombre, que Boyd la contactara para disculparse y agradecerle. Prometió además que las dos chicas recibirían su justo castigo y tendrían que pagarle a Boyd de su dinero una ida al cine –con palomitas, refresco y todo- como compensación y lección.

El post de Facebook de Wood se propagó viralmente y solo en su propia página fue compartido más de 5,000 veces. Además, como narra la televisora NBC11, ese post fue reproducido en muchas otras páginas de Facebook, incluida la de la oficina del alguacil local, y logró más de 250,000 likes y 50,000 shares en solo dos días. Muchos reconocieron la justicia de las acciones de Wood al disculparse con la madre y la hija afectadas y al reprochar y sancionar el mal comportamiento de sus hijas.

Finalmente, Boyd supo del mensaje y se comunicó con Wood. Cuando entraron en contacto ambas sintieron inmediata empatía y se agradecieron mutuamente sus actitudes. Por su parte, las chicas, como las hermanastras de Cenicienta, no se salieron al final con la suya. Es de esperar que aprendieron su lección con humildad y no reincidirán en esa clase de escándalos.

Y quizá entonces comprenderán la magia colectiva de la sala de cine.

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