10 años de prisión al engañoso rey de los infomerciales

Durante varios años se esforzó por seducir a millones en la televisión. Vendía productos de todo tipo y su propio libro de motivación y control del peso. Pedía a la gente que le compraran y convenció a multitudes. Era una de las grandes personalidades de los infomerciales, esos programas televisivos que promueven la venta de productos y que reinan en muchos canales a altas horas de la noche e incluso tienen reinos particulares en cadenas de cable dedicadas exclusivamente a las ventas.

Pero el reino de Kevin Trudeau, quien fue estrella de las ventas por TV, se derrumbó al parecer definitivamente luego de que un juez lo sentenció a 10 años de prisión por fraude.

Según la agencia AP y CNN, el juez incluso lo definió como un tramposo impenitente y empedernido que desde los 25 años (hoy tiene 50) ha buscado la manera de engañar a otros para obtener beneficio personal y que por años también desafió a las autoridades.

Trudeau se mostró humilde y arrepentido en la audiencia de su sentencia, y según AP pidió disculpas, dijo que ha cambiado, y que medita y lee libros de autoayuda durante su reclusión. Es de suponer que no explicó si los contenidos de esos libros eran como los del suyo que tanto pregonó en su momento por televisión. Precisamente, fue sentenciado por asuntos relacionados a anuncios con afirmaciones falsas relacionadas con su libro, y por incumplir órdenes de suspender esas falsas promesas. Por el contrario, Trudeau transmitió en el país infomerciales sobre su libro al menos 32,000 veces, de acuerdo a AP. Logró ventas de $39 millones con su libro, del que vendió 850,000 copias. Pero lo hizo con falsedades, al grado de que los daños por sus engaños fueron cuantificados por la corte en $37 millones.

Al parecer, Trudeau hacía creer en sus anuncios que las dietas para perder peso explicadas en su libro eran sencillas y fáciles de seguir, lo que le permitía lograr más ventas, cuando en realidad implicaban someterse a severas reducciones de alimentación y diversos tratamientos. Y como agravante figura el hecho de que incumplió órdenes judiciales por años que le ordenaban suspender su publicidad engañosa.

Trudeau parece estar decidido a apelar la sentencia. Pero no es seguro que entonces encuentre a una audiencia más receptiva.