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Los políticos ya no quieren otro 'Bronco'

Los políticos ya no quieren otro 'Bronco'

Las candidaturas independientes de las pasadas elecciones del 7 de junio, en México, fueron la novedad de este evento y llamaron la atención por constituir un fenómeno que cuestiona al sistema de partidos. Los especialistas en el tema interpretan los resultados como el inicio de una tendencia que podría crecer exponencialmente ante la realidad nacional y mundial de perdida de la confianza de los electores en los partidos políticos.

Desde hace cuando menos tres décadas sociólogos y politólogos de diferentes universidades del mundo, señalaron que la tendencia mundial indica que la gente ha dejado de votar por los partidos, debido a que ya no existe un debate ideológico real en el mundo y por esa razón y otras, los electores votan por las personas que despiertan su confianza, los hombres y mujeres que solicitan su voto desde el lenguaje y con la referencia a los asuntos de la vida cotidiana que afectan el bienestar de familias y comunidades.

La presencia de los candidatos independientes en las elecciones federales y locales del 7 de junio, se caracterizó porque los candidatos articularon un discurso de denuncia a los abusos de poder de los gobernantes en los tres niveles, federal, estatal y municipal, lo que conlleva, para el ciudadano, el deterioro de su calidad de vida. Asimismo, manifestaron críticas hacia los partidos a los que calificaron como organizaciones que en nada benefician a la sociedad y se mantienen cerradas como forma de alejar a la sociedad de la participación en la política nacional y local, por lo que plantearon, que había llegado la hora de que los ciudadanos reclamaran los espacios de participación que la Constitución consagra para votar y ser votado.

Para los analistas de este fenómeno, las candidaturas independientes pusieron en evidencia los altos costos del financiamiento de la democracia que, desde el enfoque de la participación ciudadana, solo beneficia a los partidos y ha generado un sistema de corrupción por el cual se enriquecen los grupos cerrados que controlan estas organizaciones, consideradas como figuras de interés social.

Para el próximo 2016, en 13 estados habrá elecciones, los ciudadanos de Aguascalientes, Bajacalifornia, Chihuahua, Tamaulipas, Veracruz, Coahuila, Durango, Hidalgo, Nayarit, Puebla, Quintana Roo, Sinaloa y Tlaxcala deberán asistir a las urnas y votar por los candidatos de los partidos o, como lo indica la tendencia, por algunos candidatos independientes.

Como el poder es algo que los partidos no desean compartir con los ciudadanos, por más que digan que son el conducto para construir soluciones a los problemas que afectan a la sociedad, en Chihuahua la mayoría integrada por diputados del PRI, PVEM, PT, PRD, Panal y MC, incluyeron en la Constitución del estado la figura de candidatos independientes, pero pusieron limites a su participación. Establecieron la condición de que no deben haber pertenecido a ningún partido político tres años anteriores al día de la elección. También pusieron el límite de no haber participado como candidato a cualquier cargo de elección popular postulado por cualquier partido político o coalición en el proceso electoral inmediato anterior. Además los candidatos independientes deberán reunir el 3 por ciento de firmas del padrón electoral estatal.

Los legisladores de Chihuahua señalaron que los límites establecidos con los que reformaron la ley electoral estatal son para “impedir que se manipule esta nueva figura, ante diferendos que pudieran suceder entre militantes de partidos políticos, pues resultaría fácil que después de un proceso interno de cualquier partido político, aquel militante que no haya resultado triunfador, se pudiera postular como candidato independiente.”

Es posible que en el futuro inmediato legisladores de otras entidades en las que, como en Chihuahua, habrá elecciones sigan el ejemplo y también legislen para poner límites a las candidaturas independientes que pudieran surgir de las filas de los partidos representados en el Poder Legislativo estatal.

Todo indica que la presencia de los candidatos independientes será una figura que moverá a los partidos para comprometerse más con las candidaturas ciudadanas, si es que desean mantener la vigencia de sus organizaciones y no sufrir la humillación del rechazo de los electores y la consecuente pérdida de su registro.

Los candidatos independientes son una figura que abre la puerta para que grupos diferentes a los integrados por los políticos profesionales accedan al poder. Si esta puerta se abre más, entonces tendremos una disputa del poder más participada, pero no necesariamente más transparente, porque por ahora queda la duda de ¿Quién financia las campañas independientes? Lo que implica regresar al argumento original que llevó al Estado a financiar a los partidos para evitar que el “dinero sucio” y la delincuencia organizada, entraran a la política y arrebataran el poder. Lo que parece que no se ha podido evitar totalmente