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Los 10,000 millones en medios de la Presidencia de México

Foto: Cuartoscuro

Desde hace mucho tiempo los políticos de todo el mundo saben que difícilmente se puede gobernar al margen de los medios de comunicación. Dicho de otro modo, saben que la propaganda para promover su aceptación debe ser permanente y, por ello, promueven la difusión de información relacionada con sus acciones de gobierno. Es un hecho que erogan grandes cantidades de recursos públicos para aparecer repetidamente en radio, televisión y medios impresos pues, en su percepción, no hacerlo implica perder “contacto” con los diversos públicos que los observan.

Para constatar su presencia diaria en los medios y enterarse de lo que dicen sus adversarios y demás grupos políticos, hacen un seguimiento de las noticias publicadas día a día y en el transcurso de las 24 horas. Este sistema de publicar y captar la información se complementa con encuestas de opinión que los políticos hacen sobre sí mismos en las que se reporta el grado de aceptación o rechazo de los públicos hacia los políticos.

También existen las encuestas realizadas por algunos periódicos, principalmente aquellos con recursos abundantes e influencia entre los lectores que, cuando publican sus resultados, suelen convertirse en noticia también para otros medios, debido a que, para contradicción del ego de los políticos, no siempre reportan resultados favorables a su imagen y aceptación de su trabajo de gobierno.

En México el gasto en comunicación del Gobierno federal se ha incrementado en los últimos años, a pesar del compromiso de campaña de Enrique Peña Nieto de disminuir el excesivo gasto en propaganda gubernamental y transparentarlo y racionalizarlo mediante un órgano ciudadano regulador.

Según reporte de la organización de la sociedad civil, Fundar Centro de Análisis e Investigación, el gobierno del presidente Enrique Peña Nieto gastó durante 2013 y 2014 más de 10,000 millones de pesos en publicidad oficial, dato que refrenda la creencia de los gobernantes de que deben divulgar todas sus acciones, aunque en realidad sean irrelevantes, como es el hecho de que el presidente deba inaugurar todo tipo de obras en el país, lo que lo convierte, en los hechos, en un destacado integrante de protocolo para la puesta en operación de la obra pública que, además de resultar enormemente costoso por los desplazamientos que debe hacer por todo el territorio nacional, le resta tiempo para el estudio de los temas sustantivos del país, sobre los que debe tomar decisiones.

Alguien, algún día, tuvo la ocurrencia de que el presidente debe estar inaugurando todo tipo de obras y actos protocolarios para los diversos grupos de interés, pues de lo contrario “no se sentirían” atendidos. El resultado es que ante tantos actos ¿cuánto tiempo dedica efectivamente el presidente para gobernar?, es decir, para llevar a cabo el arte de la concertación, conciliación y acuerdos con los representantes de los diversos grupos que integran la nación y no solo los grupos empresariales y políticos que rodean y aíslan al presidente de México.

Gastar mucho no necesariamente reporta buena imagen para el presidente. La encuesta del periódico Reforma realizada del 23 al 26 de julio a 1,200 ciudadanos en todo el país, así como a 1,033 líderes de opinión y publicada el 31 de julio, reporta que cayó a su nivel más bajo la aprobación del presidente Enrique Peña Nieto, desde el inicio de su mandato. Su administración es respaldada sólo por el 34% de los ciudadanos y por el 15% de líderes de opinión. La calificación que le dieron los encuestados al presidente Peña en una escala del 0 al 10 también tocó su nivel más bajo: la mayoría de los ciudadanos le dio una calificación de 4.7, mientras que entre líderes bajó a 3.3.

Los resultados en la caída de la aceptación del presidente Peña Nieto fueron interpretados como el efecto de hechos como la fuga de Joaquín Guzmán Loera “El Chapo” del penal de alta seguridad del Altiplano. 79% de los encuestados opina que el Gobierno es responsable; 87% cree que El Chapo tuvo ayuda de funcionarios para escapar.

El tema del Gobierno de Peña Nieto peor valorado por los encuestados fue su política contra la corrupción. 76% la considera "desfavorable". Concurren la fuga de El Chapo, el conflicto de Iguala con 43 estudiantes desaparecidos y el escándalo de la mansión de la esposa del presidente. Otro asunto con percepción negativa es la lucha contra el narcotráfico y el crimen organizado. 75% la califica como "desfavorable".

A pesar de las reformas estructurales para el crecimiento, la economía es el tercer tema negativo para los encuestados. 69% se manifestó insatisfecho con su evolución. Con la economía sin impulso el problema de la desigualdad en México empeora. En 2014 el nivel de pobreza subió al 46,2% de la población. Implica que 55,3 millones de mexicanos son pobres.

Por los resultados aquí observados vemos que no existe correlación entre gasto en propaganda y resultados en imagen y aceptación del gobernante. En la realidad, no todo se puede controlar y la influencia del gobernante es relativa. La percepción de que todo va bien puede ser engañosa cuando circunstancias e intereses de otros concurren a la arena de la disputa por el poder.  

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