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La llamada incómoda de la exalcaldesa Bárbara Botello

Foto: Cuartoscuro
Foto: Cuartoscuro

La política es una actividad en la que los individuos que buscan el poder se apoyan entre sí generando con esta práctica una cadena que los beneficia en su camino y ascenso. Es una especie de “inversión” por la cual hacen “favores” que después les permite solicitar otros personales o para los incondicionales a su servicio.

La ex presidenta municipal de León, Guanajuato, Barbara Botello, actual diputada del PRI y vicepresidenta de la Mesa Directiva de la LXIII Legislatura de la Cámara de Diputados, fue puesta en evidencia por el medio local Zona Franca con una grabación de la conversación que sostuvo con el secretario de Seguridad Pública de León, Gto., Francisco Aguilera Candelas, en la que le solicita que le “eche una mano” con el acuerdo de “quienes son los escoltas que se quedan conmigo para que no vayan después a cambiarlos”.

La diputada Botello y el secretario Aguilera acordaron que serían seis escoltas para los que éste tramitaría ante la tesorería municipal, un “acuerdo” a fin de que fueran liberados los recursos económicos para cubrir los viáticos de los escoltas en la Ciudad de México, lugar en el que se desempeña la diputada federal.

Aprovechando el “viaje” Aguilera Candelas, a su vez, le pidió el “favor” a la diputada Botello “si me pudieras acomodar en alguna delegación aquí en Guanajuato (…) si se pudiera en la PGR”. A lo que ella respondió, “si quieres la PGR déjame buscar al delegado, estoy pidiendo una cita con Arely (Gómez Gómez)”.


Este no es un evento aislado, se repite de manera insistente en la administración pública en todos los niveles de gobierno. Destaca el caso de los expresidentes de la república y exgobernadores que después de terminar su encargo continúan disfrutando de un salario vitalicio y la comisión de personal para el resguardo de su seguridad. Adicionalmente, se convierten en fuente de influencia para “recomendar” en la administración pública federal o estatal a conocidos, amigos y familiares, con lo que se “cobran” los favores que ellos hicieron cuando estuvieron en el poder.

Es una realidad que los ciudadanos eligen a quienes ocuparán los puestos de gobierno y lo hacen para que cubran un periodo de seis o tres años, lo que les da acceso al beneficio de su sueldo y prestaciones como casa, sustento, transporte, seguridad, servicios médicos y demás, pero los políticos han modificado estas prestaciones temporales en “beneficios” para toda la vida. Esta es una polémica que cíclicamente se presenta en el caso de las asignaciones presupuestales destinadas a quienes ocuparon la presidencia de la república. Lo mismo sucede con los altos mandos del Ejército y la Armada, al mantener su relación activa hasta la muerte.

La filtración de la llamada telefónica de la diputada Barbara Botello, es una práctica que configura un delito, no obstante, la persecución del espionaje telefónico es extremadamente difícil debido a que el medio de comunicación que la pública tiene el derecho de reservarse la identidad de su fuente, en caso de conocerla, lo que no es frecuente. En este tipo de casos se identifican dos intenciones, una es la del medio que, en la filtración, ve la oportunidad de generar una noticia atractiva. Otra intención es la de quien espía y filtra la llamada con el fin de causar daño a su adversario, puede ser venganza política.

Foto: Cuartoscuro
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Para los ciudadanos el evento que involucra a la diputada Barbara Botello es la práctica del tráfico de influencia acostumbrado por los políticos. Es un delito sancionado por el Código Penal Federal en su artículo 221, que en su tercer párrafo dice: “al que cometa el delito de tráfico de influencia, se le impondrán de dos años a seis años de prisión, multa de treinta a trescientas veces el salario mínimo diario vigente en el Distrito Federal en el momento de cometerse el delito y destitución e inhabilitación de dos años a seis años para desempeñar otro empleo, cargo o comisión públicos.”

La diputada Barbara Botello no desmintió el contenido de la llamada, pero se dijo víctima de una persecución política y pidió que se investigue y castigue a los responsables de la intervención telefónica en su contra y, aunque el diputado y vicepresidente de la fracción del PRI en la Cámara de Diputados, Jorge Carlos Ramírez Marín, dijo que “ella o cualquier persona tienen que estar sometidos a las condiciones de la ley”, no se tiene noticia de que algún legislador hubiera sido acusado y procesado por tráfico de influencia.

El fuero es un poderoso escudo para la diputada Botello, debe estar tranquila, su puesto de legisladora la pone a salvo de la ley. Vaya, es como una licencia para la impunidad, podrá seguir pidiendo y concediendo favores, todos financiados por los impuestos de los mexicanos.

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