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José Natanson: “Brasil es una gran potencia económica que corre un riesgo de primarización”

Política | Debate | 216 páginas | 159 pesos
Política | Debate | 216 páginas | 159 pesos

Por @juanbrodersen

Cuando comenzaba el siglo XX, las cosas eran muy distintas en Argentina: entre 1921 y 1929, con Ford y Cheverolet instaladas en esta parte del hemisferio sur, se pasó de armar 48 mil vehículos a 411 mil. Brasil, junto a Chile, Perú, Colombia y otros países juntos, sumaban apenas 100 mil en ese período. En un país donde nos gusta competir por todo, y más cuando se trata de medirnos con el país carioca, ¿qué pasó que en estos últimos años para que Brasil se transformase en una potencia mundial y nos dejara peleando por el segundo puesto?

“Brasil hizo dos transiciones, y ahora está completando una tercera”, explica José Natanson, periodista y politólogo que analiza y explica a esta potencia latinoamericana. “El milagro brasileño” es un análisis sobre las políticas sociales, económicas y culturales que, en gran parte con la llegada al poder de Luis Inácio Lula da Silva en 2003, dan cuenta de la posición dominante de Brasil en Latinoamérica y el mundo.

Sin embargo, no todo son loas para los verdeamarelos: según Natanson, Brasil corre un gran riesgo de primarización de su economía, con los problemas que esto conlleva. “Brasil exporta muchas más materias primas de lo que se cree: soja, carbón, acero, café, fruta, trigo, carnes. Y las economías primarizadas generan empleo más precario, y quedan atadas a los precios internacionales, eso es peligroso”, explica.

Líder del Mercosur, protagonista indiscutido del mercado europeo y norteamericano pero con políticas sociales de inclusión, Brasil es uno de los pocos países que pudo garantizar su soberanía alimentaria, y sacar a 35 millones de personas de situación de pobreza a una ascendente clase media. Aquí, Natanson cuenta de qué se trata este “milagro” brasileño, y analiza cómo Argentina podría sacar aún más provecho de esta situación.

- Abrís el libro con una analogía que podría sonar extraña, la del sitio Porn MD: ¿qué contás del sitio pornográfico y por qué lo tomás como disparador para explicar el salto al desarrollo de Brasil de los últimos años?

- Tomo una encuesta que hicieron en un sitio que analiza los hábitos de los usuarios en las páginas porno. Y allí cuentan que, por ejemplo, los pornoadictos tienen ciertos gustos cruzados: los rusos buscan finlandesas, los checoslovacos buscan polacas y así. Y Brasil es el único país de América Latina, según este estudio, donde los brasileros buscan brasileras, porque las palabras clave de búsqueda, cinco son derivaciones del gentilicio “brasilera”. Es un signo del nacionalismo brasilero, un poco en broma, como para tomar de disparador para comenzar a hablar de este gigante latinoamericano.

- ¿Podrías darme una respuesta resumida al subtítulo del libro, “Cómo hizo Brasil para convertirse en potencia mundial”?

El mundial en Brasil, una demostración de su poder económico
El mundial en Brasil, una demostración de su poder económico

- Sí, claro. Yo lo que digo en el libro es que Brasil está completando su tercera transición. El país hizo una transición política cuando salió de la dictadura y sancionó la constitución del 88, una muy progresista y muy moderna. Después hizo una transición económica en el 94, el plan real, que permitió terminar con la hiperinflación y construir una moneda estable y una estabilidad económica, y ahora está haciendo una transición social: lograr un país con niveles de igualdad, no óptimo, pero sí más parecido a los países con desarrollo medio de América Latina como Argentina, Chile y Uruguay. Está en vías de eso Brasil, y eso es un poco lo que explica su transformación, su poder económico, su poderío territorial y poblacional en una potencia.

- ¿Por qué el Real fue un acierto? ¿Cuáles son sus limitaciones?

- El real fue un plan exitoso en la medida que permitió frenar la inflación y la inestabilidad económica, por primera vez en varias décadas. Permitió una ganancia social, sobre todo en el primer momento, porque terminar con la inflación benefició mucho a los sectores populares al principio. Después comenzó a revelar que el real tenía algunos problemas, se iba depreciando el tipo de cambio (con una devaluación traumática en el 94), pero en general es la base sobre la que se sostiene la economía brasilera.

-¿Qué explica que Argentina tuviese a comienzos del siglo XX una posición económica dominante, y que hoy esté muy lejos de los números de Brasil?

- Yo creo que es inevitable: Brasil es cuatro o cinco veces Argentina. Tiene que hacer las cosas muy mal Brasil para no producir más autos que Argentina, por ejemplo. Pero sí es cierto que Argentina se rezagó: algunos dicen que abandonó muy pronto el plan desarrollista y la dictadura empezó a aplicar un plan neoliberal más pronto, otros que la inestabilidad económica generada por el populismo impidió el crecimiento, pero no importa, por lo que sea, es cierto que Argentina se quedó y Brasil siguió avanzando. Aunque también es cierto que Brasil tiene problemas que la Argentina no tiene.

- ¿Cuáles? ¿Cuál es la debilidad del modelo brasileño?

Dos cabezas bovinas, en el estado de Goias. El riesgo de primarizar.
Dos cabezas bovinas, en el estado de Goias. El riesgo de primarizar.

- Bueno, la tasa de homicidios en Brasil cuadruplica la argentina. Los problemas que tiene Brasil en las grandes ciudades son mucho peores que los que hay en Buenos Aires, Rosario, Córdoba. Brasil tiene todavía una cantidad de problemas muy grandes, de pobreza, de desigualdad, a pesar de haber mejorado estos años. La primarización de su economía es un gran problema también (aunque es cierto, para ser justos, que todas las economías latinoamericanas se primarizaron). Hay una tendencia, porque el petróleo estuvo por arriba de 100 dólares mucho tiempo, el carbón, el gas, la soja tuvieron buenos precios. Es muy fuerte y muy difícil luchar contra esta tendencia. Y esto, de la mano de un bajo crecimiento. A nivel social tienen mucho racismo y discriminación. Esas son las grandes cuentas pendientes de Brasil.

- Hacia el final del libro diagnosticás mejoras de inclusión en Brasil, una sociedad históricamente no igualitarista. ¿En qué se ven? ¿Cómo se sustentan esos cambios?

- Hay una política social muy básica que es el programa de transferencia de ingresos más importante del mundo. Llega a 40 millones de personas, es una cantidad de dinero impresionante. Esto es lo que dio vuelta, en un principio, la transformación social de Brasil, que, por otra parte, no es un invento de Lula, (ya se venía aplicando desde antes, y de hecho este plan de transferencia de renta es neoliberal). Lo que hizo el PT fue ampliarlo mucho. Ahora, esto es solo una parte: a esto hay que sumarle aumentos sistemáticos del salario mínimo, que permitieron incrementar los ingresos de los sectores más pobres de la población ya más orientados a necesidades específicas como el plan “Mi casa, mi vida” (que es como el “Pro.Cre.Ar” brasilero), planes de vivienda, de educación, etc. Estas políticas permitieron que se llegue a un igualitarismo más abarcativo, respecto de su situación anterior.

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- ¿Y cómo se pagó todo eso?

- Bueno, primero tiene un tamaño del Estado que se lo permite, es gigante. Pero básicamente, el aumento de los precios de los productos de exportación brasileña, ya que Brasil es un país que exporta muchas más materias primas y commodities que lo que habitualmente se cree: exporta soja, carbón, acero, café, fruta, trigo, carnes (es el primer exportador mundial de carnes). Todos esos productos experimentaron una suba de precios que benefició a Brasil, y al mismo tiempo, Brasil logró, gracias a la suerte que le permitió encontrar yacimientos de petróleo en las cosas profundas de San Pablo y Río (y la profesionalidad de Petrobras), superar un problema eterno que era el déficit energético. Fue uno de las grandes trabas al desarrollo brasileño: cuando empezaba a crecer, se encontraba que tenía que importar energía y ahí ya no podía crecer más. Eso lograron controlarlo con esto que cuento, y junto a los otros factores permite entender el porqué de su crecimiento.

- Argentina, ¿explota su relación con Brasil? ¿Cómo podría “aprovecharla”más?

Cristina y Dilma, una relación cercana
Cristina y Dilma, una relación cercana

- Yo creo que siempre se podría hacer más. Pero es difícil, cuando estás al lado de un país tan grande, es asimétrico. De todos modos, es una asimetría manejable, no es como la que impera entre Estados Unidos y México que es aplastante. Con inteligencia se puede manejar, Argentina tiene con qué (distinto es el caso de Paraguay, por ejemplo, que sí tiene poco margen de maniobra). No se trata, de todos modos, de enfrentarse a Brasil, sino de negociar con inteligencia. Por ejemplo, Argentina tiene déficit comercial con Brasil. Brasil tiene superávit comercial con todos los países sudamericanos, salvo Bolivia (por el gas). Si eso no es imperialismo, ¿dónde está el imperialismo, no? Comprar menos de lo que vendés es una forma de imperialismo y si uno mira las cosas que los diferentes países de América Latina le exportan a Brasil y las cosas que Brasil le exporta a ellos, Brasil exporta valor agregado e importa materias primas. Con Argentina es más mezclada la cosa, más compleja, porque está determinada por la industria automotriz. Pero creo que Argentina podría negociar con más inteligencia.

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- De cara a la segunda vuelta del domingo, donde Dilma o Aécio Neves se consagrarán, ¿qué cuestiones pueden cambiar en Brasil con uno u otro candidato?

- Bueno, yo diría al revés, diría qué cosas no van a cambiar en el desarrollo brasilero, gane quien gane. Brasil está impulsado por fuerzas que trascienden un candidato, una elección o un gobierno. Lo que está haciendo Petrobras en las cosas brasileras lo va a seguir haciendo sea quien sea el presidente. Los planes familiares van a continuar, porque no se puede meter a 35 millones de personas en la clase media como hizo el PT y al otro día expulsarlos. No es posible hacer eso, Brasil tiene un protagonismo y un peso internacional que trasciende y va más allá del gobierno. Ahora, sí creo que hay cuestiones que pueden cambiar: Brasil va a ser un país más atento a los problemas sociales, y va a reducir la pobreza y la desigualdad más rápidamente si gana Dilma que si gana Neves. De eso no tengo dudas.

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