Tras la victoria, el chavismo enfrenta una batalla difícil


El "portaaviones" chavista pierde solidez de cara a las elecciones de Gobernadores y Alcaldes. La realidad nacional dista de la regional, donde los chavistas deberán enfrentarse a la sombra de malas gestiones y a una coalición opositora que en la foto final de los comicios presidenciales del pasado 7-O creció en dos millones de votos, frente a un chavismo que sólo aumentó en 700 mil respecto a los comicios del 2006.

Aunque logró reelegirse para un cuarto período, obteniendo la victoria en 22 estados, Hugo Chávez redujo su porcentaje de votación en 23 de las 24 regiones del país. La oposición le dio problemas al líder que acostumbraba ganar por más de 10 puntos.

El Partido de Hugo Chávez se vio disminuido en cuanto a votos frente a la alianza opositora. El Psuv no logró superar a esta unidad rival, y fue con la ayuda de los aliados pequeños como el Partido Comunista de Venezuela y otros menores, que logró remontar y ganar. Estos le aportaron 1 millón 700 mil votos. 

Ahora el escenario para Hugo Chávez es otro. Ya no está solo frente a su espejo; hay un liderazgo opositor consolidado que al final se vio obligado a reconocer. Definitivamente, Henrique Capriles no es "la nada", como le ha llamado chávez. El opositor representa a 6 millones 500 mil personas que quieren un cambio político en el país.

El nuevo objetivo de la oposición es seguir avanzando para conquistar las gobernaciones y alcaldías, y así tener el poder regional.   

A diferencia del 2008, la alianza opositora selló su unidad para las elecciones regionales de Gobernadores el 16 de diciembre, y de alcaldes, el 14 de abril del 2013, y con el resultado del domingo tiene un líder a la cabeza, además de candidatos  regionales con carrera política propia.

Hay estados donde históricamente el presidente Chávez ha sido favorecido con el voto de la mayoría en las elecciones presidenciales a las que se ha presentado, pero donde el liderazgo regional nato es opositor. El escenario se repite en varias zonas del país.

El propio Chávez lo puso de manifiesto al admitir durante su campaña que su gestión y la de sus gobernadores y alcaldes “tenían fallas”. Al tiempo que en sus recorridos regionales vio como algunos dirigentes recibían el abucheo del pueblo que a él le sigue.

Probablemente sea esta una de las razones por las cuales el mandatario no termina de anunciar a sus candidatos a gobernadores y alcaldes, incluso ha hecho cambios en algunos de los que ya había anunciado como Carabobo y Táchira, donde había postulado al canciller Nicolás Maduro y al ministro de Interior y Justicia Tareck El Aissami,  respectivamente.

Ambos funcionarios fueron relevados de esta función en los últimos meses.

El presidente del Parlamento y directivo del Psuv, Diosdado Cabello, señaló tras la jornada electoral que su bando no debe ser “simplista en el análisis de la victoria”. Considera que ganar 22 estados en las presidenciales no implica ganar 22 gobernaciones.

El chavismo sabe que ha pesar de su victoria retrocederá en fuerza regional, pues las gestiones han sido deficientes y Hugo Chávez se ha quedado sin nuevos líderes que postular a estos cargos.