Jan Asselijn, el paisajista que documentó la inundación de Ámsterdam

La subida de las aguas provocó la ruptura de un dique en 1651

'Ruptura del dique de San Antonio', por Jan Asselijn (1651) | Crédito: Wikipedia.
'Ruptura del dique de San Antonio', por Jan Asselijn (1651) | Crédito: Wikipedia.

Con una cuarta parte de la superficie del país al nivel del mar o por debajo de éste, no es de extrañar que muchos neerlandeses vivan siempre con la mirada puesta en las peligrosas inundaciones. Razones no les faltan, como demostró la inundación de 1953, que causó la ruptura de un dique y provocó la muerte de 1.835 personas, además de daños materiales millonarios.

Hoy estos desastres naturales resultan menos devastadores gracias a obras de ingeniería como el Plan Delta, pero en siglos pasados las inundaciones eran recurrentes y tenían resultados catastróficos. Los eventos de este tipo se producían por lo general a causa de la suma de dos sucesos: las mareas vivas o altas (en días de Luna Llena o Nueva) y la presencia de fuertes tormentas.

Esto fue lo que ocurrió los días 4 y 5 de marzo de 1651, cuando la subida de las mareas coincidió con una poderosa borrasca sobre el mar del Norte. El nivel de las aguas subió peligrosamente, y para horror de los vecinos, especialmente para los del pólder de Watergraafsmeer, en Ámsterdam, el dique de San Antonio se rompió y las aguas inundaron gran parte de la ciudad de los canales.

Por suerte no se produjeron muchos muertos –las crónicas hablan de sólo cinco víctimas en Watergraafsmeer–, pero sí numerosos daños materiales. Buena parte de la ciudad estuvo completamente inundada durante meses, y el suceso provocó un gran impacto en la población. Ante un episodio de este tipo, fueron varios los artistas de la época que representaron de una forma u otra lo ocurrido.

Sin embargo, fue un paisajista holandés, Jan Asselijn, que había pasado buena parte de su carrera en Italia y Francia, quien mejor inmortalizó aquel desastre. Asselijn se había formado en sus primeros años junto a Esaisas Van de Velde y Jan Martszen de Jonge, pero más tarde viajó a Roma –como muchos otros compatriotas–, para conocer y estudiar la obra de los grandes maestros italianos.

Retrato de Jan Asselijn, realizado por su amigo Rembrandt | Crédito: Wikipedia.
Retrato de Jan Asselijn, realizado por su amigo Rembrandt | Crédito: Wikipedia.

En la Ciudad Eterna se unió a los Bentvueghels –una hermandad de pintores holandeses y flamencos que residían en Roma–, y allí recibió la influencia de Pieter van Laer, il Bamboccio. Tras su etapa italiana pasó varios años en Francia, donde se empapó del estilo de Claudio de Lorena, de cuya forma de pintar paisajes fue el mejor representante a su vuelta en 1647 a los Países Bajos.

Aunque Asselijn destacó especialmente por sus pinturas de paisajes y animales –su obra más célebre es ‘El cisne amenazado’, hoy en el Rijksmuseum de Ámsterdam–, fue también muy apreciado por sus pinturas de episodios históricos, especialmente batallas. Y fue precisamente un hecho histórico, el desbordamiento del 4 al 5 de marzo de 1651 –más conocido como inundación de San Pedro–, el protagonista de dos de sus últimas pinturas.

Tras regresar de su larga estancia en Italia y Francia, Asselijn se estableció en la ciudad de los canales, y allí le sorprendió –como al resto de ciudadanos–, la temible crecida de las aguas. El artista tuvo oportunidad de presenciar en primera persona la inundación, y posiblemente fue también testigo de la ruptura del dique de San Antonio.

Prueba de ello son las dos pinturas que hoy se conservan con el mismo tema –una en el Museo de Ámsterdam y otra recién adquirida por el Rijksmuseum–, y que muestran la acción del desastre poco después de que se produjera. Los expertos que han comentado la obra destacan el carácter dramático de la pintura, y su estilo casi “periodístico” a la hora de representar el tema.

Otra de las versiones de Asselijn sobre la ruptura del dique de San Antonio | Crédito: Wikipedia.
Otra de las versiones de Asselijn sobre la ruptura del dique de San Antonio | Crédito: Wikipedia.

En ambas pinturas, Asselijn pintó a varios grupos de personas contemplando con temor y curiosidad la ruptura del dique a ambos lados del mismo, mientras las nubes oscuras y un fuerte viento muestran claramente que la tormenta todavía no había terminado, lo que parece indicar que el artista se acercó hasta el lugar poco después de lo ocurrido.

Un año después de la catástrofe, la ciudad de Ámsterdam estaba todavía tratando de recuperarse de lo sucedido y, aunque los habitantes de los pólder celebraban la finalización del bombeo del agua, nuevos lagos como el Nieuwe Diep –que todavía existe hoy–, quedaron como testimonio de la furia de la naturaleza. Apenas unos meses más tarde, en octubre de 1652, Asselijn fallecía prematuramente en su casa de Ámsterdam, dejando tras de sí más de dos centenares de lienzos. Dos de ellos, con la pintura todavía fresca, habían inmortalizado la temible inundación de San Pedro.