El día que el joven Frederick Forsyth casi provoca un serio conflicto internacional

En 1964, el que se convertiría años después en autor de grandes best sellers de novelas de espionaje, trabajaba como corresponsal de Reuters en Berlín Oriental. Una noche de finales de abril la presencia de docenas de tanques soviéticos le llamó la atención y avisó alarmado a sus superiores

Tanque soviético en Berlín Este -La imagen corresponde a 1953- (Wikimedia commons)
Tanque soviético en Berlín Este -La imagen corresponde a 1953- (Wikimedia commons)

Tras acabar sus estudios de periodismo (que cursó en la Universidad de Granada) y pasar un par de años en la Royal Air Force (convirtiéndose en uno de los pilotos más jóvenes), el hoy aclamado autor de grandes best sellers, Frederick Forsyth consiguió en 1961 un empleo como reportero en las oficinas de París de la agencia de noticias Reuters.

Sus ganas de conocer mundo y convertirse en corresponsal lo llevaron a los 24 años de edad a ser enviado, en septiembre de 1963, a Alemania del Este en un tiempo en el que la tensión política entre el bloque occidental y oriental estaba atravesando un delicado momento político.

Era el único enviado especial de la agencia en aquella ciudad y su trabajo consistía en intentar enterarse de todo lo que ocurría a ese lado del muro de Berlín y transmitírselo a sus superiores de la oficina central de Londres.

A la una de la madrugada del 24 de abril, mientras regresaba conduciendo al piso donde se hospedaba, un policía militar le cortó el paso y haciéndole una señal le ordenó parar el vehículo.

De repente empezaron a aparecer delante de él una gran cantidad de camiones, tanques, lanzacohetes y otros vehículos militares del ejército soviético. Maniobró y dio media vuelta, pero una calle más allá se encontró con otra columna de vehículos militares, todos ellos dirección al muro.

Se temió que se estuviese gestando una inminente invasión de Berlín occidental por parte de la URSS, por lo que sin demorarse Forsyth  decidió informar a sus superiores de la agencia Reuters en Londres. Les pasó un detallado informe de lo que había visto y el número de los diferentes vehículos militares que había podido contar.

El joven periodista estaba nervioso pero al mismo tiempo emocionado. Era el primero en informar de esa noticia... la primicia era suya, algo que sabía que podía convertirle en uno de los reporteros más famosos de aquel momento.

Tras tomar minuciosamente nota de toda la información facilitada por Forsyth, desde la dirección de Reuters se pasó un aviso de urgencia al Ministro de Exteriores británico y al Secretario de Defensa norteamericano y estos avisaron a sus respectivos Primer Ministro del Reino Unido Alec Douglas-Home y al presidente estadounidense Lyndon B. Johnson.

Se vivieron momentos de gran tensión ante lo que consideraban que podía ser el inminente inicio de una de las mayores crisis políticas de los últimos años y que sin lugar a dudas podría acabar provocando el estallido de la Tercera Guerra Mundial.

Desde el cuartel general de la OTAN se pidió información a toda la red de espías británicos y estadounidenses en Berlín Oriental para que confirmasen de si realmente se había producido tal despliegue armamentístico en la capital de la RDA.

Los mandatarios de Estados Unidos y el Reino Unido estaban en permanente contacto, mientras iban recibiendo informes de sus diferentes expertos en Berlín, hasta que alguien sugirió que quizás ese despliegue militar soviético no se debía a ninguna intención de invadir la República Federal Alemana sino que era un ensayo del desfile que se iba a realizar en la capital alemana con motivo de la celebración del Primero de Mayo, festividad que tendría lugar una semana después y en la que era costumbre realizar unos imponentes desfiles militares en todos los países pertenecientes al Pacto de Varsovia.

Desfile militar soviético en Berlín oriental -La imagen corresponde al 17 de octubre de 1988- (Wikimedia commons)
Desfile militar soviético en Berlín oriental -La imagen corresponde al 17 de octubre de 1988- (Wikimedia commons)

La noticia de que ese era el verdadero motivo de la presencia de vehículos militares se confirmó y todos se pudieron ir a dormir tranquilos cuando ya casi despuntaba el nuevo día; no sin haberse llevado un buen susto propiciado por la inexperiencia del joven Frederick Forsyth.

Como dato curioso, cabe destacar que a finales de esa misma década Forsyth comenzó a trabajar como espía para el MI6 británico, una función que desempeñaría a lo largo de veinte años y que le serviría de fuente de inspiración para los argumentos de varias de sus novelas.

Fuentes de consulta: frederickforsyth / atlanticcouncil