El aterrador relato de un violador que no se arrepiente de sus crimen

Mukesh Singh, uno de los presuntos violadores (AP)
Mukesh Singh, uno de los presuntos violadores (AP)

Han pasado más de dos años desde que la brutal violación en grupo que sufrió una joven de 23 años en un autobús de la India saltase a todos los medios internacionales, pero las heridas no solo no han cerrado, sino que van a tardar mucho tiempo en cicatrizar. Y es que este caso fue tan cruel, sonado e indigno que una sociedad como la india, tan profundamente tradicional y machista, no dudó en salir a la calle para clamar el fin de esta oleada de violencia contra las mujeres.

Ahora, el testimonio de uno de los seis condenados por violar, golpear y abusar sexualmente de la muchacha –terminó muriendo 13 días después por las heridas- vuelve a revolver las conciencias de miles de personas que se dan cuenta de que la situación ha ido demasiado lejos. No hay arrepentimiento, tampoco culpa.

Sus palabras vienen recogidas en el documental que ha hecho la realizadora británica Leslee Udwin para el canal BBC Four y que se emitirá el 8 de marzo. En él, esta mujer se entrevista con Mukesh Singh, el conductor del autobús al que los fiscales también han acusado de participar en la violación, aunque él asegura que no dejó de conducir en ningún momento, según cuenta a la BBC.

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Era el 16 de diciembre de 2012 y la chica había ido junto a un amigo a ver al cine ‘La vida de Pi’. A las 20:30 horas se subieron al autobús en el que viajaban seis hombres, cinco adultos y un menor. Lo que vivieron allí fue una pesadilla.

El hombre fue golpeado y la mujer fue violada por turnos antes de ser atacada con un objeto de hierro. Pese a que en el hospital pelearon por salvarle la vida, lo cierto es que apenas dos semanas después murió por las heridas causadas. Un episodio que Singh justifica.

"Una mujer decente no deambula por ahí a las 9 de la noche. Una chica es mucho más responsable de una violación que un chico".

Manifestación contra la violencia en Nueva Delhi (AP)
Manifestación contra la violencia en Nueva Delhi (AP)

Pero el testimonio más aterrador es la forma en la que el conductor culpa directamente a la pobre chica de su muerte. En su opinión tendría que haber permitido la violación.

"Cuando la violaban no tendría que haber luchado en su defensa. Tendría que haber permanecido en silencio y permitir la violación. Si lo hubiera hecho entonces la habrían dejado ir después de 'hacérselo' y sólo hubieran golpeado al varón", afirmó.

Desgraciadamente este no es un caso aislado en la India donde los derechos de las mujeres son prácticamente inexistentes. Tanto es así que incluso hay padres que confiesan que a partir de determinadas horas no dejan salir de casa a sus hijas por miedo a lo que les pueda pasar.

En un informe de 2014, Human Rights Watch analizaba las leyes indias y aseguraba que había un sistema que sí protegía los derechos, pero la corrupción y la falta de transparencia impiden su aplicación efectiva.

Entonces ¿hay algún motivo para la esperanza? Lo hay. Pese a que sigue habiendo muchos casos de violación, pese a que los derechos de la mujer siguen siendo invisibles, la reacción social tras este caso en el que hombres y mujeres se manifestaron pidiendo el final de la violencia muestra que hay algo que está cambiando.

Puede que los pasos sean lentos y los progresos tarden en verse, pero la realidad debe ser distinta. Y un buen paso inicial sería que las autoridades no dejen salir impunes a aquellos que se aprovechan de los demás. Es necesario.