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Cuando en la Antigua Roma a los niños se les asustaba diciendo que vendría ‘Aníbal’

Ilustración del siglo XIX que representa a Aníbal de niño jurando odio eterno a los romanos (Wikimedia commons)
Ilustración del siglo XIX que representa a Aníbal de niño jurando odio eterno a los romanos (Wikimedia commons)

Es una práctica común el asustar a los más pequeños para que se porten bien, se terminen la comida o se duerman pronto, amenazándolos con que vendrá algún tipo de personaje que les infunde miedo: el Coco, el hombre del saco, una bruja

A lo largo de la Historia diversos y muy diferentes han sido esos personajes y cada cultura y país tenía el suyo propio. En la Antigua Roma (y a lo largo de muchos siglos incluso después de la caída del Imperio romano) se utilizó la figura del general cartaginés Aníbal, uno de los mayores estrategas y militares que han existido, para explicar sobrecogedoras historias de miedo con las que asustar a los niños y niñas con la finalidad de que se portasen bien.

Generación tras generación las matronas y niñeras al cargo del cuidado de los pequeños fueron transmitiendo esos aterradores relatos que tenían dos elementos en común: la del general cartaginés y la expresión ‘Hannibal ad portas’ (Aníbal está en las puertas).

Esta frase se originó por parte de los Senadores romanos tras la humillante derrota que su ejército había sufrido en la sangrienta batalla de Cannas, el 2 de agosto de 216 a. C., y en la que, teniendo el imperio una fuerza de combate de cerca de 90.000 efectivos (que doblaba a la de Aníbal), perdieron algo más de la mitad de éstos, además de entrarles el pánico ante una posible invasión de Roma de los cartagineses.

Debido al contundente triunfo de su ejército sobre el romano, Aníbal se convirtió en el personaje más temido de la época por los habitantes de Roma. Aunque finalmente no llegó a invadir la capital del imperio, la sola duda de que en cualquier momento se podía producir los tenía atemorizados. Un miedo que transmitieron a sus hijos a través de cuentos y que se convirtió en el máximo temor de infinidad de generaciones de niños que crecían escuchando aquellos relatos que después explicaron a sus hijos.

Muchas de esas historias comenzaban reltando cómo Aníbal siendo todavía un niño de 11 años juró a su padre, Amílcar Barca, su odio eterno hacía los romanos, comprometiéndose a no ser jamás amigo de éstos. También contaban cómo atravesó los Alpes, durante el invierno, llevando 37 imponentes elefantes, señalando esto como algo que pudo hacer con la ayuda de los seres del inframundo.

Como nota curiosa, cabe destacar que durante muchísimo tiempo la expresión ‘ad portas’ (incluso en la actualidad) se ha estado utilizando para señalar un mal presagio o un inminente peligro.