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"La abuela ha muerto", la contraseña que dio inicio a la Segunda Guerra Mundial

La Wehrmacht cruzando la frontera polaca el 1 de septiembre de 1939 (Wikimedia commons)
La Wehrmacht cruzando la frontera polaca el 1 de septiembre de 1939 (Wikimedia commons)

De sobra es conocido que el inicio oficial de la Segunda Guerra Mundial tuvo lugar el 1 de septiembre de 1939 con la invasión por parte del ejército alemán de Polonia. Con ella, Hitler quería conseguir su ansiado sueño de hacerse con el control de gran parte de Europa e instaurar su Tercer Reich con el que devolvería la gloria y esplendor que tiempo atrás había gozado el Imperio Alemán.

Pero para que se hiciera efectiva y tuviera alguna justificación esa invasión, de la que se conmemora el 75 aniversario, Adolf Hitler y su camarilla de oficiales tuvieron que basarla en una mentira: la Operación Himmler

Emisora de radio de Gleiwitz atacada por falsos polacos que dio inicio a la IIGM (Wikimedia commons)
Emisora de radio de Gleiwitz atacada por falsos polacos que dio inicio a la IIGM (Wikimedia commons)

Eran las ocho de la tarde del jueves 31 de agosto de 1939 cuando Reinhard Heydrich, uno de los hombres de mayor confianza del Führer, descolgó su teléfono y efectuó una llamada en la que tan solo dijo: 'La abuela ha muerto'. Esta era la contraseña con la que estaba dando luz verde a Alfred Helmut Naujocks para poner en marcha un plan con el que engañar al mundo y dar pie a que la inminente invasión de Polonia por parte del ejército alemán tuviese una justificación de cara al resto del planeta.

Tras escuchar las palabras de Heydrich,  Naujocks puso en marcha el dispositivo diseñado en secreto durante varias semanas: atacar la emisora de radio alemana de Gleiwitz, la cual se encontraba en la zona fronteriza que separaba el país germano de Polonia.

Dicho ataque se llevó a cabo por una tropa de alemanes que iban disfrazados de soldados polacos, con el fin de hacer creer que habían sido víctimas de un complot por parte del país vecino.

Soldados alemanes quitan una placa del gobierno polaco (Wikimedia commons)
Soldados alemanes quitan una placa del gobierno polaco (Wikimedia commons)

Todo estaba perfectamente calculado. Se colocó el cuerpo sin vida de Franciszek Honiok, un alemán de ascendencia polaca y que había sido detenido el día antes por la Gestapo.

Honiok había protagonizado previamente algunos altercados en los que defendió y declaró abiertamente su simpatía hacia Polonia. Era el gancho perfecto para hacer creer a todo el mundo que el ataque a Gleiwitz había sido real.

Posteriormente se retransmitió un mensaje en polaco, evidentemente falso, en el que se anunciaba el ataque a la estación radiofónica.

Todo estaba saliendo a la perfección, tan solo debían esperar unas pocas horas para que las tropas alemanas situadas en las inmediaciones traspasasen la frontera que separaba ambas naciones y diese comienzo la tan ansiada invasión de Polonia.

Las 4:45 horas de la madrugada, del ya 1 de septiembre de 1939, es la hora oficial en la que se estipuló que comenzaron los ataques y bombardeos sobre Polonia y por tanto dio comienzo la Segunda Guerra Mundial, un terrible periodo de seis largos años en los que morirían alrededor de 60 millones de personas.


Publicado originalmente en Cuaderno de Historias