Educación Montessori: adiós al castigo

Elegir el colegio de los hijos es una de las decisiones clave para la familia. Es un tema que padres y madres se toman cada vez más en serio, lo cual apunta a la conciencia de que el tiempo invertido en la indagación se saldará luego con la educación y el rendimiento académico esperados.

Está demostrado que el alto índice de fracaso escolar, tanto en primaria como en secundaria, se relaciona con la poca motivación del alumnado, debido en parte a los métodos rígidos de enseñanza que convierten a niños(as) y jóvenes en máquinas de copiar. Para algunos expertos, el problema radica en el sistema, que no logra estimular a los estudiantes y acaba por bajar su propia autoestima y creatividad. Según otros, el fallo está en las familias, que no fomentan el interés en el estudio al nivel requerido por la institución escolar.

En una época en la que el fracaso escolar alcanza cotas de hasta el 30%, los expertos advierten que la educación primaria es hacia donde primero debe ponerse atención, pues al llegar a la secundaria se constata la fragilidad de los cimientos.

En Estados Unidos y en países desarrollados o en vías de desarrollo, muchas son las escuelas que se “arriesgan” a introducir métodos alternativos de enseñanza, ya sea como línea definitoria de la institución o mezclados con métodos tradicionales. La idea es que, desde la base, el estudiante sea capaz de asimilar una serie de conocimientos mediante el ejercicio del pensamiento crítico y no por esfuerzo de la memoria.

Educación mediante la libertad

La cosmovisión del método Montessori como alternativa gana relevancia entre los enfoques educativos vigentes en el mundo. Muchos de sus principios y técnicas se han implementado en el sistema educativo tradicional, extendido cada vez más en América Latina, Estados Unidos y España. El principio más importante es el respeto y amor al niño.
María Montessori, a finales del siglo XIX, creó un procedimiento alternativo de educación basado en el desarrollo del niño; o sea, una filosofía humanista de la enseñanza. En su época, la “educación” utilizaba muy a menudo el castigo físico, de ahí la tristemente célebre frase “la letra, con sangre, entra”.

Según la creadora del método, "nadie puede ser libre a menos que sea independiente". Así, los principios fundamentales de la pedagogía Montessori son la libertad, la actividad y la individualidad, así como el orden, la concentración, el respeto por los otros y por sí mismo, la autonomía, la iniciativa, la capacidad de elegir, el desarrollo de la voluntad, la dignidad y la autodisciplina.

En las aulas Montessori no hay pizarrones, mesas o cualquier mueble frontal. Todo está abierto para favorecer la libertad de movimiento. El alumno decide por sí mismo lo que quiere aprender, y el profesor lo acompaña, lo guía. Cada clase o grupo tiene un material específico concebido por esta metodología que trabaja constantemente el aspecto sensorial. Los niños eligen el material que desean explorar, devolviéndolo luego a las estanterías.

La educación Montessori abarca todos los períodos educativos, desde el nacimiento hasta los 18 años. María Montessori observó que el niño pasa de la infancia a la edad adulta, a través de cuatro períodos evolutivos llamados por ella "planos del desarrollo":

1) El primero comienza con el nacimiento y llega hasta los 6 años. Está caracterizado por el intelecto absorbente del niño, que toma todo los aspectos, buenos y malos, del ambiente que lo rodea, como el lenguaje y la cultura.

2) En el segundo plano -desde los 6 a los 12 años-, el niño posee una mente razonadora, para explorar el mundo con su imaginación y pensamiento abstracto.

3) En el tercer plano -de los 12 a los 18 años-, el adolescente tiene una mente deseosa de entender la humanidad y la contribución que él mismo puede hacer a la sociedad.

4) En el último plano del desarrollo - desde los 18 a los 24 años-, el adulto explora el mundo con una mente de especialista, apropiándose de su propio lugar en el espacio.
Hoy en día podemos encontrar una escuela Montessori prácticamente en cualquier ciudad. La mayoría son escuelas privadas y su costo no es apto para todos los bolsillos.

Dependiendo de la localidad y de la escuela, su precio oscila entre 700 y 1400 dólares al mes. Muchas de ellas cuentan con un programa de ayuda financiera, con el fin de que cualquier persona, si realmente quiere optar por este método, pueda acceder a él.
No obstante, también existen escuelas públicas que aplican este método, aunque puede ser que se ubique lejos de casa. Para ampliar información sobre escuelas Montessori, puede visitar estos sitos webs: The Montessori Foundation http://www.montessori.org/; American Montessori Society http://amshq.org/; National Center for Montessori in the Public School http://www.public-montessori.org/

Otros métodos conocidos:

Método Kumon
Fue ideado por Toru Kumon, un profesor de matemáticas japonés, con el objetivo de ayudar a su hijo, que tenía problemas con la asignatura. Posteriormente, Kumon comprendió que una buena formación en la comprensión lectora era imprescindible para desarrollar la capacidad de estudio. De esta forma, el método Kumon incide en estos dos aspectos clave del aprendizaje: las matemáticas y la lectura.

Método Waldorf

Ideado por el austriaco Rudolf Steiner, parte de unos principios filosóficos y espirituales muy diferentes a los imperantes en la primera mitad de siglo XX; huye de la enseñanza dirigida, jerárquica y competitiva, y basa su estrategia en la capacidad de los niños para imitar, imaginar y experimentar, adaptándose a su desarrollo y despertando su interés por conocer el mundo. Desarrolla una metodología que propone que cada ser humano encuentre su esencia a través de la creatividad, el arte, el movimiento.