Tatuajes que alivian la vida de las personas con cicatrices

Tomado de la página de Facebook de Basma-Hameed.
Tomado de la página de Facebook de Basma-Hameed.

La pasión de Basma Hameed por el tatuaje tiene una motivación muy singular: ayudar a las víctimas de quemaduras a cubrir sus cicatrices.

Hameed, quien reside en Canadá, ya tiene dos clínicas: una en Toronto y otra en Chicago. Y la primera paciente de la artista del tatuaje fue ella misma.

La joven se quemó accidentalmente la cara con aceite hirviente en su natal Irak cuando tenía dos años. Durante el resto de su vida fue sometida a más de 100 procedimientos médicos, desde cirugía plástica hasta láser. Un día, un médico le sugirió que no se gastara más el dinero y se dedicara a viajar, pero ella no se dio por vencida.

La mitad de su rostro permanecía descolorida y con cicatrices a causa de las quemaduras de tercer grado. Un día decidió tatuarse las cejas de manera permanente y quedó tan satisfecha con los resultados, que se le ocurrió que la técnica podría aplicarse a otras partes del rostro.

“Después de tres trasplantes de pelo de ceja fallidos, me decidí a tener cejas tatuadas permanentemente", dijo Hameed a la publicación online Mic. "Vi el resultado de inmediato. Estaba tan feliz que me pregunté a mí misma por qué no hacer el mismo procedimiento utilizando pigmentos de tono de mi piel en el tejido de la cicatriz, para camuflar la decoloración. En ese momento nadie había oído hablar de nada parecido, y nadie quería correr el riesgo".

Fue así como Hameed decidió arriesgarse ella misma. "Cuando empecé a trabajar en mi cara, tuve mucho cuidado. Quería asegurarme de que iba a obtener el resultado correcto", recordó. “Sabía que esto era algo que podría cambiar vidas”.

Estudió tatuaje y cosmetología y luego abrió su primera clínica, en 2011 en Toronto. Hoy pacientes de todo el mundo acuden a tratarse con ella. No sólo atiende a personas con cicatrices, sino también a quienes padecen de vitíligo -la enfermedad que causa pérdida de pigmentación en la piel, y sobrevivientes de cáncer que sufren las consecuencias de los tratamientos.

Samira Omar, de 17 años, es una de sus pacientes. La muchacha fue víctima de un ataque horrible en agosto de 2014 en Inglaterra, cuando cuatro jóvenes le echaron agua hirviendo en la cara. Omar pensó que quedaría desfigurada para el resto de su vida, pero entonces supo de la existencia de Hameed, quien le aseguró que podía devolver el color natural de su piel.

"Nos aseguraremos de cubrir todas estas áreas. Pero tomará una serie de tratamientos”, le dijo Hameed.

Omar deberá esperar unos meses para recibir el tratamiento porque las cicatrices son nuevas, pero será atendida de forma gratuita gracias a la Fundación para Sobrevivientes Basmaa Hameed. Mientras tanto, Hameed le ha enseñado cómo aplicar sobre la cicatriz una crema correctora desarrollada por ella misma.
Omar asegura que la artista le ha devuelto la esperanza.

"Cuando me dijo que en realidad podía devolver mis pigmentos y encontrar un color de piel que podía coincidir con el color de mi piel real, fue un gran alivio", dijo la joven.

Para Hameed el cambio que ve en sus pacientes es su mayor recompensa. "Me siento orgullosa de mí misma por no darme por vencida, pero lo que más me enorgullece es la reacción [que obtengo] de la gente", aseguró.