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Se hace un selfie en medio del Polo Norte

A finales de diciembre pasado, en medio de un extenso reportaje dedicado a la trayectoria de Shona Thomsom, el Daily Record and Sunday Mail anunciaba: “Ahora Shona ha fijado su mirada en uno de los terrenos más duros de todos: el Polo Norte, que planea ejecutar en abril”.

El tiempo voló y ya estamos en pleno abril. Shona está ahora mismo en el Polo Norte. Y para que conste, ha colocado un selfie en su cuenta de Twitter.

Hablamos de una mujer de coraje, audaz, amante de ciertas intensidades. Shona Thomson, una escocesa de 36 años, acaba de integrar la excelsa lista de las veinte mujeres que han sido capaces de completar una carrera de maratón en cada uno de los continentes.

Después de años en función de su profesión, esta mujer decidió en 2010 reincorporarse a lo que fue su pasión de adolescente: las largas carreras. Primero corrió el Maratón de Nueva York. Seguidamente, en 2012, corrió la prueba de Londres, que le serviría como clasificatorio para el Comrades Marathon, la durísima competencia de 90 kilómetros que tiene lugar en Sudáfrica, entre Durban y Pietermaritzburg. El más antiguo de los ultramaratones que existen.

Para cerrar ese año, Thomson voló al punto más austral de Chile y de ahí abordó un avión de guerra ruso, el único capaz de aterrizar sobre el hielo durísimo de la Antártida. La acompañaban otros 59 corredores.
“Antes de que nos encontráramos, nos advirtieron del riesgo de hipotermia, ceguera por causa de la nieve y congelación. Es difícil calibrar en ese ambiente las consecuencias de esto para tu cuerpo, cuando usted está luchando contra el frío”, declaró en su momento al Daily Record and Sunday Mail.

En julio de 2013 la vimos integrar la avanzada en la maratón de Río de Janeiro, Brasil. Un mes más tarde voló y corrió en Perth, Australia; y a la semana siguiente participó en el de Viet Nam, con 36 grados Celsius de temperatura y 86% de humedad relativa.

Ahora, en plena carrera desde el Ártico, esta empecinada luchadora que creció en Craigmaddie, cerca de Glasgow, confiesa no haber imaginado nunca temperaturas tan bajas.

"No me gustan los selfies. Creo que son narcisistas. Sin embargo, tomar uno en el Polo Norte es aceptable..." Estas son las palabras con las que ha acompañado su única foto. Sí, única, porque las bajísimas temperaturas ni siquiera le permiten retirar uno de sus guantes para acceder al muy delicado botón de su dispositivo móvil.

De manera que expedición, carrera de maratón y selfie mismo, todos completan una enorme hazaña.

Hace apenas unos días, entrevistada por el Herald Scotland, Shona había declarado: "No creo que lo que he hecho sea particularmente especial. Mucha gente corre maratones para recaudar millones para obras de caridad, y lo hacen en tiempos mucho más rápidos. Muchas otras personas han superado dificultades significativas en la vida y han logrado hazañas increíbles".

La suya lo es, por supuesto que sí.