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Por qué este martes tiene un segundo de más

Este junio será el mes más largo del año, porque su último día tendrá un segundo de más.

La decisión fue tomada en enero por el Servicio Internacional de Rotación de la Tierra (IERS, por sus siglas en inglés) para ajustar las minúsculas variaciones de la duración del día que se acumulan hasta producir un desfase entre el Tiempo Universal Coordinado (UTC, por sus siglas en inglés), en el que se basa la hora de nuestros relojes, y el tiempo real de la rotación terrestre, que toma como referencia la posición del Sol.

Este junio será el mes más largo del año, porque su último día tendrá un segundo de más (AFP Photo/Ben Stansall)
Este junio será el mes más largo del año, porque su último día tendrá un segundo de más (AFP Photo/Ben Stansall)


La realidad es que la Tierra está desacelerando su rotación, indicó Daniel MacMillan, de la NASA, en un comunicado reproducido por el diario The Washington Post.

Esto quiere decir que nuestros relojes son más precisos para llevar la cuenta del tiempo que la propia rotación de la Tierra. El UTC (cuatro horas antes de la hora de verano del este de Estados Unidos) se basa en un reloj atómico, que calcula la longitud de un segundo basada en los cambios (muy predecibles) en átomos de cesio. Suena complicado, y lo es: acumulativamente, se tarda más de un millón de años en perder un segundo en el tiempo atómico.

En teoría, la Tierra tarda 86.400 segundos en girar una vez sobre su eje. En la práctica, lo hace en unos 86,400.002 segundos. Si dejáramos que todas esas fracciones de segundo se acumularan día tras día y año tras año, el horario por el que nos guiamos en nuestros relojes dejaría de mantener sincronía con el comportamiento real del planeta.

Por eso, el IERS, el organismo que vela por el registro del tiempo, se encarga de hacer los ajustes y agrega un segundo –denominado “intercalar”- según sea necesario para mantener la hora UTC en 0.9 segundo de precisión en relación con el tiempo real de rotación de la Tierra.

En esta tarea, el IERS estaba más activo hace unos años, e incluso ajustaba los relojes anualmente a partir de 1972, hasta que el planeta comenzó a desacelerar el ritmo.

A partir de ese año se han sumado en total 26 segundos intercalares, siempre el 30 de junio o el 31 de diciembre, reporta BBC. Entre enero de 1972 y diciembre de 1998 el IERS dio instrucciones de insertar un segundo intercalar en 22 ocasiones.

Entre el 31 de diciembre de 1998 y el 31 de diciembre de 2005 trascurrió el período más largo ajuste de relojes.

La vez anterior que se añadió un segundo intercalar fue el 30 de junio de 2012 y provocó problemas en las redes digitales. Mozilla, Reddit, LinkedIn, Yelp y FourSquare vieron afectados sus servicios entonces, así como compañías aviación.

Desde entonces las grandes compañías de internet, como Google, se han visto obligadas a tomar medidas para evitar incidentes similares.

Y algunos países como México, Alemania, Estados Unidos, Italia, Francia, Japón y Rusia se oponen a la práctica del segundo intercalar.

Entre las alternativas que se manejan para contentar a todos está añadirle una hora a los relojes atómicos cada 600 años para evitar la desincronización; otra de las ideas es retroceder estos aparatos una hora cuando la variación haya acumulado un retraso de media hora.

Según los cálculos de la Universidad de Bon, la acumulación ocurriría en 2600, de modo que hay tiempo más que suficiente para buscar otras alternativas.