Anuncios

La imagen de un niño sirio muerto en una playa de Turquía estremece al mundo

Yacía bocabajo en la arena de la playa turca de Bodrum, completamente vestido con un short azul, una camiseta roja y zapaticos con suelas antideslizantes. La imagen de su diminuto cuerpo sin vida, cargado por un oficial turco, se ha convertido en símbolo de la crisis migratoria que vive Europa.

Un agente turco carga el cuerpo de Aylan, un niño sirio que se ahogó con casi toda su familia cuando intentaba llegar a Grecia (AP /DHA)
Un agente turco carga el cuerpo de Aylan, un niño sirio que se ahogó con casi toda su familia cuando intentaba llegar a Grecia (AP /DHA)

Ahora sabemos que se llamaba Aylan, era sirio y tenía poco más de 3 años. Los cuerpos de su hermano Galip, de cinco, y de su madre, Rihan, aparecieron en otra parte de la playa, de acuerdo con la agencia  de noticias turca Dogan, que divulgó las fotos y el video que le han dado la vuelta al mundo. El padre, Abdullah Kurdi, sobrevivió.

En Turquía, que ya acoge a unos dos millones de refugiados sirios, la foto circuló bajo el hashtag #KiyiyaVuranInsanlik (La humanidad naufragó en la orilla) y pronto se filtró en otras latitudes, catalizando la frustración de activistas y observadores de la crisis que ha conducido hasta Europa a unos 350,000 inmigrantes sólo en lo que va de año.

La mayoría proviene de Siria, Eritrea, Somalia, Sudán, Afganistán e Irak. Según la Organización Mundial para la Migración, más de 2600 han perecido durante la peligrosa travesía por el Mediterráneo.

Dentro de las organizaciones de noticias se generó otro debate, sobre si divulgar o no la foto del niño muerto. La mayoría de los medios optó presentar la imagen del militar turco cargando el cuerpecito, que sólo se ve parcialmente.

Varias portadas de periódicos muestran la fotografía de un gendarme con el cuerpo sin vida de un niño sirio en la playa turca de Bodrum hoy, 3 de septiembre de 2015, en Londres, Reino Unido. La Comisión de Investigación de la ONU sobre Siria pidió hoy a la comunidad internacional no sólo que ayude a resolver el conflicto, sino que auxilie a los cientos de miles de refugiados sirios que buscan asilo en otros países. EFE/Andy Rain

En la playa de Bodrum, donde fue hallado el pequeño Aylan, ya es común ver restos de botes  y de pertenencias de inmigrantes desesperados por huir de los conflictos que asolan sus países.

De acuerdo con la Guardia Costera turca, Aylan y su familia viajaba en uno de dos botes que partió de la península de Bodrum con destino a la isla griega de Kos –a sólo 10 millas de distancia- en las primeras horas de la mañana del miércoles, pero las dos embarcaciones zozobraron poco después.

De 23 personas a bordo de los dos barcos, se cree que sólo nueve han sobrevivido y algunas llegaron a la orilla con chalecos salvavidas. Doce cuerpos, entre ellos los de Aylan y otros cuatro niños, fueron recuperados.

Omer Mohsin, unos de los sobrevivientes, declaró a la agencia turca que él y su hermano –quien está desaparecido- pagaron cada uno 2050 euros a contrabandistas para poderse subir a una frágil embarcación de plástico y goma que zozobró.

Todos eran inmigrantes de la ciudad siria de Kobane, que habían llegado a Turquía el año pasado huyendo del Estado Islámico y ahora buscaban otras oportunidades en Grecia.

Críticas a la Unión Europea

El miércoles en la noche, el Consejo de Seguridad Nacional de Turquía expresó su preocupación por las políticas de inmigración de los países europeos.

"El enfoque preocupante de los países europeos ante el flujo de migrantes ha causado dolor y se ha evaluado que la cuestión debería abordarse desde una perspectiva de derechos humanos básicos", indicó el comunicado oficial.

La muerte de Aylan y los refugiados que lo acompañaban en el fallido viaje es sólo la última de varias tragedias que han conmocionado a Europa. Hace apenas unos días 71 inmigrantes –al parecer sirios o afganos- murieron asfixiados dentro de un camión de refrigeración descubierto en la frontera entre Hungría y Austria. Entre los fallecidos había una bebé y otros tres niños.

La Unión Europea, aunque trastornada por el éxodo que toca sus puertas, no parecer tener un plan de emergencia ni una política migratoria capaz de hacerle frente a la crisis.

Los ministros del Interior europeos se reunirán este mes para buscar soluciones, pero la propia fecha escogida -14 de septiembre-  parece apuntar a la falta de urgencia para coger la crisis por los cuernos.

Hay varias iniciativas sobre la mesa. La Comisión Europea quiere una "redistribución automática" de los refugiados entre todos los estados miembros, pero muchos países no están dispuestos a aceptar cuotas decididas en Bruselas. Italia, por su parte, cree que debe haber una única política europea de asilo.

Entretanto, la Unión Europea planea aportar más dinero a centros de recepción de inmigrantes en Grecia e Italia y quizás establecer otros en Africa y Oriente Medio, de acuerdo con la BBC.

De momento queda mucho por definir, pero esa comunidad de naciones sí tiene algo muy claro: habrá una distinción entre los refugiados que huyen de la guerra, como Aylan y su familia, y quienes emigran por motivos económicos.