Diez años después se venga de las crueles burlas de un compañero de escuela

Al principio pensó no acudir a la cita en aquel restaurante, pero luego, tras reflexionar sobre lo tanto que sufrió siendo una adolescente, Louisa Manning ideó un plan truculento y eficaz.

Esta joven de 22 años, estudiante de la Universidad de Oxford, asumió que no era una niña físicamente agraciada y durante años esto mortificó sus días y sus noches. Pero peor fue la burla y el acoso de los que fue víctima por parte de algunos de sus colegas en su escuela de Cambridgeshire. Tenía entonces 12 años, demasiado vello capilar y muchos más kilos de los estipulados por el gusto común.

Imagen tomada de la página de Facebook de Louisa Manning
Imagen tomada de la página de Facebook de Louisa Manning


De todo esto se acordó Louisa cuando diez años después se encontró con uno de aquellos chicos en una fiesta en su universidad y este, el mismo que la injuriaba “por fea”, la invitó a salir.

Manning no es ya aquella preadolescente rolliza a la que algunos llamaban “hombre lobo” y que pasó los años siguientes comiendo muy poco como única manera de evitar las burlas ajenas, además de arrastrar con una autoestima altamente devaluada.

“Para serte honesta, yo estaba bastante molesta cuando él me invitó a salir”, reconoce Louisa en una nota publicada por BuzzFeed. “Y ahora, como soy atractiva, él quería irse a la cama conmigo.”

Fue entonces que esta muchacha empezó a idear su venganza. Cuando el joven acudió a ella a través de Facebook, ella aceptó la invitación y fijaron una fecha, un sitio preciso y una hora.

“Mi instinto me decía que no –insiste-, pero luego comprendí que aquella era una brillante oportunidad.”

Imagen tomada de la página de Facebook de Louisa Manning
Imagen tomada de la página de Facebook de Louisa Manning

La noche de la cita, Manning llegó al restaurante un poco antes de la hora acordada, le entregó a la camarera un sobre cerrado y se fue.

Cuál no sería la sorpresa del galán cuando entró y, tras indagar por su mesa, abrió el sobre y encontró en su interior una foto de aquella Louisa Manning entrando en la adolescencia. Al dorso de la imagen, el chico leyó estupefacto algunas palabras impactantes.

“Hola, siento mucho no poder acompañarte esta noche. ¿Te acuerdas de cuando estábamos en 8vo, yo era gorda y tú te burlabas de mí? ¿Tú no? Yo sí. Me pasé los siguientes tres años comiendo menos de una manzana al día. Por eso decidía no cenar. ¿Recuerdas a la “cejuda” de la que te burlabas? ¿La de las piernas peludas que a ti te disgustaban? ¿Recuerdas cómo día a día durante tres años tú y tus amigos me llamaban “hombre lobo", sin imaginar que al cabo de ocho años yo sería lo suficientemente deseable como para querer acostarte conmigo? Pensé que esto te podría servir como un recordatorio. La próxima vez que pienses en mí, recuerda a la chica de esta foto, la misma que te ha dado esta lección.”

Tras esta escena en la imaginamos al joven ruborizado abandonando el restaurante, Louisa Manning subió foto y nota a su página de Facebook.

Unos días más tarde, impactada, la universitaria recibió a través de la misma red social, aunque mediante mensajería, una disculpa por parte del galán arrepentido.

“Diez años después he recibido una disculpa”, anunció Manning dentro de la secuencia de cientos de comentarios que suscitó en Facebook su valiente gesto.

Seguidamente, transcribió las palabras del galán:

“No te culpo por lo que hiciste –le declaraba el muchacho tras un breve preámbulo-, aunque no puedo cambiar lo que yo era hace ocho años. Y no voy a insultar tu inteligencia pretendiendo que aquello nunca ocurrió. Pero espero que me creas cuando te digo que soy una persona completamente diferente. Solo quiero disculparme y, aunque supongo que no sabré más de ti, créeme si te digo que te deseo todo el éxito que te mereces.”