Los atacantes se ensañaron con los caricaturistas de Charlie Hebdo

Como un "bárbaro ataque contra Francia y contra el periodismo", calificó esta mañana el presidente francés Francois Hollande a la masacre perpetrada contra la sede del semanario satírico Charlie Hebdo.

Atestadas están las redes sociales con imágenes del asalto de tres encapuchados, con armas largas, y el modo en que enfocaron su violencia contra un grupo muy puntual de caricaturistas e informadores franceses.

Según ha relatado el diario Le Monde, el ataque tuvo lugar cerca de las once de la mañana, cuando los terroristas penetraron en el local de la redacción de este medio de prensa al grito de "Allahu Akbar" (“Dios es grande”), al tiempo que efectuaban disparos muy precisos y mencionaban ciertos nombres de conocidos caricaturistas y redactores.

Pese a que la publicación extiende su crítica mordaz a todos los ámbitos, siempre ha habido una tendencia a dibujar sobre la población musulmana.
Pese a que la publicación extiende su crítica mordaz a todos los ámbitos, siempre ha habido una tendencia a dibujar sobre la población musulmana.

Al menos doce personas habrían fallecido, entre los que se encuentran los célebres caricaturistas Wolinski, Charb, Cabu y Tignous, así como el economista Bernard Maris.

De acuerdo con el testimonio de la dibujante Corinne Rey, conocida como Coco, al diario L’Humanité, durante cinco minutos los tres encapuchados estuvieron disparando dentro del salón principal, muy particularmente contra los dibujantes mencionados. Desde debajo de una mesa, ella escuchó cómo, en un francés perfecto, los desconocidos manifestaban su pertenencia a Al-Qaida.

Mientras se ha reactivado el plan Vigipirate –creado en el país después de los ataques de 2001 al World Trade Center-, pues los tres hombres todavía se encuentran fugitivos, no pocos fuera del territorio francés se preguntan por qué ha ocurrido esto y quienes eran los artistas que recibieron con mayor saña el impulso de esta ira.

Ofensiva para unos pocos, refrescante, satírica y sobre todo libre para la gran mayoría, Charlie Hebdo fue motivo de las más variadas polémicas durante los últimos años. En 2006, su nombre se hizo notorio tras haber publicado en portada unas caricaturas a Mahoma que ya antes habían sido dadas a conocer por el periódico Jyllands-Posten, de Dinamarca. Un año más tarde, un juez desestimó una demanda judicial interpuesta contra el medio, pues se trataba exclusivamente de una burla contra el integrismo religioso musulmán, no contra la totalidad de ese credo.

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En noviembre de 2011, esta misma sede en el corazón de París fue objeto de un ataque con cocteles Molotov, un día después de la difusión de un número contra el avance islamista en Libia y Túnez.

A pesar de todo esto, en 2012 Stéphane Charbonnier, editor, dibujante y director del semanario, declaró: "Mahoma no es sagrado para mí. No culpo a los musulmanes por no reírse de nuestros dibujos. Yo vivo bajo la ley francesa. Yo no vivo bajo la ley coránica”, según reseña esta mañana el diario británico The Telegraph.

El semanario satírico francés Charlie Hebdo publica el miércoles caricaturas del profeta Mahoma, lo que provocó una rápida advertencia del gobierno que pide responsabilidad ante el temor de que esos dibujos aticen la violencia en Francia y en el mundo musulmán.
El semanario satírico francés Charlie Hebdo publica el miércoles caricaturas del profeta Mahoma, lo que provocó una rápida advertencia del gobierno que pide responsabilidad ante el temor de que esos dibujos aticen la violencia en Francia y en el mundo musulmán.

El mismo Charbonier, entre los asesinados de esta mañana y cuyo nombre se encontraba en una lista negra erigida por Al-Qaida hace unos años, insistía en cada uno de sus escritos, dibujos y alocuciones públicas, en la defensa de la libertad de expresión.

"¿Acaso la libertad de prensa es una provocación? No le estoy pidiendo a los musulmanes estrictos que lean Charlie Hebdo, como mismo yo no iría a una mezquita a escuchar discursos que van en contra de todo lo que creo", señaló.

Entre los asesinados se encuentra Georges Wolinski, veterano provocador, viajante empedernido, hombre de letras y del teatro, además de “cínico asumido”, como lo ha llamado Le Monde en su obituario.

Muy poco le pesaban a este intelectual los 80 años cumplidos el pasado 28 de junio. Junto con su amigo y colega "Cabu", igualmente masacrado, Wolinski constituía el padre espiritual de toda una generación de dibujantes franceses apegados a la libertad de expresión por encima de cualquier barrera. No hay ciudadano francés que no se haya reído con algunas de sus ocurrencias sobre el papel.

Georges Wolinski/ANDERSEN ULF/SIPA
Georges Wolinski/ANDERSEN ULF/SIPA

“Encarnación viva de la libertad de expresión y de la libertad en sí –como lo nombra Le Monde-, Wolinski no se cansaba de repetir que “el humorista no pertenece a ningún partido y no cree en ninguna religión; para él todos los actos son sospechosos.”

De origen franco-italiano por parte de madre y judío polaco por su padre, fue redactor jefe de "Charlie Mensuel" y trabajó para otros medios como "Action", "Paris-Presse", "Le Nouvel Observateur" y "Paris Match".

Jean Cabut
Jean Cabut

Si bien han sido notorias y dramáticas las reacciones de los fundamentalistas islámicos en territorio francés, en los últimos años, Charlie Hebdo no ha encauzado sus dardos solamente hacia el integrismo islamista. La ultraderecha francesa, fundamentalmente la familia Le Pen, y el extremismo católico, también han sido objeto de mofa por parte de ese semanario saludable y necesario, que hoy está de luto.