Si no sabes quién es Rand Paul, ve acostumbrándote a su nombre

El senador republicano es uno de los nombres que más suena como candidato a presidente de EEUU en el 2016

El senador Rand Paul en Washington el 9 de enero del 2014
El senador Rand Paul en Washington el 9 de enero del 2014

Rand Paul es senador republicano de Estados Unidos y será, si su mujer lo permite, candidato a suceder a Obama en 2016. Sus opciones son limitadas -suele estar entre el cuarto y quinto favorito en las encuestas-, pero las primarias están lo bastante abiertas como para que no sea remoto.

Su valor va más allá de la mera candidatura: es un candidato republicano que dice cosas menos habituales. Justo despúes de las elecciones al Congreso del martes 4 de noviembre, empieza la carrera presidencial. Habrá que tener en cuenta a Rand Paul.

La portada de Time lo acaba de llamar “El hombre más importante en política”. Politico cree que es el primero entre las 50 persona con ideas más innovadoras en Washington; así lo definen:

No hay ninguna duda de que Rand Paul se ha convertido en un tipo distinto de republicano. Ha llevado ideas libertarias al escenario nacional y ha convertido en difusas las rígidas fronteras ideológicas en Washington de un modo nuevo y calculado.

El New Yorker le ha dedicado un perfil largo: “La revancha de Rand Paul”. Una de sus revanchas es en nombre de su padre, Ron Paul. Ron fue el libertario purista, loco y despreciado por el establishment republicano. En las primarias republicanas era quien decía lo que creía sin importarle las consecuencias:

Ahora Rand llega con la intención de retocar aquellas ideas para que sean digeribles para más votantes. Paul es republicano porque su gran enemigo es el gasto público y el gobierno. Pero su admiración, como libertario, por la libertad individual y de los Estados hace que se acerque a los demócratas en libertades civiles -en 2013 estuvo 13 horas hablando contra la nominación de un defensor de los drones, John Brennan, como director de la CIA.

Rand Paul puede ser atractivo para votantes ambiguos, en el centro o con preocupaciones variadas. Pero aquí empiezan los problemas. Si Paul quiere ser presidente, primero deberá ganar unas primarias republicanas. Su compromiso con la libertad individual hace que deba hacer equilibrios en aborto o matrimonio gay a favor de su partido:

En el fondo soy de la vieja escuela, soy un tradicionalista. Creo en el matrimonio tradicional a la antigua. Pero no creo en realidad que el gobierno necesite involucrarse demasiado en esto, y creo que en el Partido Republicano puede haber gente en ambos bandos en este asunto.

En esta campaña de 2014, Paul también ha hecho anuncios en favor de candidatos republicanos que estaban en campañas difíciles con algún libertario de por medio. Ha sido un modo de demostrar que sabe jugar en equipo por el bien del partido. Si quiere ser presidente, necesitará toda la ayuda.

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Estos temas -aborto, matrimonio gay, liberalización de las drogas- son los que Rand Paul deberá afrontar. Pero hay otros que escoge. Además de los derechos civiles -drones, NSA-, ha sido valiente en la necesidad de los republicanos de acercarse a las minorías.

Paul ha introducido en el senado legislación para una reforma judicial que penalice menos a los negros. Uno de los dos senadores negros, el demócrata de Nueva Jersey Cory Booker, le apoya. La administración Obama, también. Paul quiere acabar con las sentencias mínimas, rebajar algunos delitos a faltas, quitar las faltas no violentas de los expedientes criminales y devolver el derecho de voto a los ciudadanos con faltas no violentas -“creo en las segundas oportunidades”, ha dicho Paul.

Quiere también suprimir la distancia entre las penas por cocaína en polvo y crack -una droga más de negros. Es un modo de acercarse a una comunidad que votó solo en un 6 por ciento por Mitt Romney en 2012. Paul no va a hacer que los negros voten en masa por el candidato republicano, pero reducir la distancia en Estados clave es crucial.

El estadounidense Rand Paul habla en un evento el 6 de agosto de 2014 en Urbandale, Iowa
El estadounidense Rand Paul habla en un evento el 6 de agosto de 2014 en Urbandale, Iowa

Paul tiene otro tema complicado del que habla con soltura: política exterior. Los libertarios creen que Estados Unidos no debe ir a imponer su voluntad por el mundo con el ejército. Paul se opone a todas las guerras recientes excepto a la de Afganistán. Paul no quiere enviar dinero al exterior excepto en el caso de Israel. Son otros cambios de opinión reciente, por el bien de su causa. Cuando la campaña se caliente, será el momento de responder qué cree de verdad.

Pero una administración Paul sería más pacífica que una encabezada por Hillary Clinton. Este es en el fondo su mérito: la capacidad de voltear la política americana y sus posiciones anquilosadas.

Paul tiene otro mérito que después de Bush y Obama parece que se valora más: es un tipo normal. No tiene carisma, no viene de una gran familia, no es una estrella. Así describe Buzzfeed un reciente viaje de Paul en avión:

En un vuelo desde Des Moines a Nueva York la semana pasada, Paul leyó el Wall Street Journal, escribió en su iPad, durmió y pidió un zumo de frambuesa con soda. Volaba en turista como todos los demás. No llevaba personal. Aunque aceptó ser entrevistado mientras el avión se movía por el aeropuerto, los intentos de charla durante el vuelo no tuvieron éxito. Al final del vuelo, charló con el pasajero Arthur Neis, un residente de Des Moines, que le dijo: “Por favor, devuelva el Partido Republicano al centro. Si no, estoy atrapado”.

Este es uno de sus discursos: es correcto, interesante, pero nadie se esmerará para verle ni creerá que va a cambiar el mundo.

Paul es normal y quizá en 2016 sea un mérito. Su sosez puede llevarle a algún lugar. Los debates de las primarias pueden ser espectaculares: el gritón Christie, el calculador Rubio, el discreto Paul, el papá Bush y los que se apunten.

Pero si su candidatura se sostiene, Rand Paul tendrá el mismo problema que otros candidatos: le sacarán todos los relicarios posibles de su pasado. Puede haber bastantes: debates en la tele de Kentucky cuando era un simple oftalmólogo, opiniones de su padre, escarceos con drogas en la universidad, opiniones sobre el racismo.

Su valor va algo más allá de su posible éxito. Hace varias elecciones que grupos de independientes quieren demostrar que hay un espacio para candidatos transversales entre los dos partidos. Rand Paul -también el gobernador de Nueva Jersey, Chris Christie, pero con aún menos opciones- es el intento republicano. Pocos demócratas votarán a un tipo con su visión de las armas, los impuestos o el aborto, pero puede ser más aceptable que otros más rígidos.

El mismo Paul lo ha dicho: una elección Hillary Clinton contra Rand Paul puede ser espectacular. Es verdad.


Historia original: Yahoo España