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Romney confía en la amnesia de los hispanos


Mitt Romney ha desperdiciado dos grandes oportunidades de reconciliarse con los hispanos en menos de una semana. Hoy criticando a la Corte Suprema por no darle más poder a Arizona de controlar a los inmigrantes, y el jueves ante la Convención Nacional de Líderes Latinos Electos (NALEO) rehusando a dar marcha atrás en su política de mano dura.

"Me hubiera gustado que hoy la Corte Suprema le diera más libertad a los estados en vez de menos ... y ahora con este fallo del Supremo hay estados que tienen menos autoridad para implantar las leyes de inmigración", dijo esta tarde en un acto de recaudación de fondos precisamente en Arizona.  

Y el jueves lejos de enterrar su política extremista, dedicó su discurso ante cerca de 1,000 líderes en NALEO a hacer promesas ambiguas de una reforma migratoria y, al mismo tiempo, eludió los dos temas más importantes: si  piensa revocar la suspensión de deportaciones de dreamers ordenada por Obama, y qué solución propone para los 11 millones de indocumentados. 

Aunque no dió detalles (algo habitual en todos sus discursos),  dejó entrever que su plan de reforma se concentraría en fortalecer sólo la inmigración legal.  Por  ejemplo, concedería  green cards  a graduados universitarios siempre que hubieran entrado con una visa legal. Y por otra parte agilizaría la reunificación familiar, con la condición de que uno de los miembros sea residente legal en Estados Unidos. 

Sin embargo, durante las primarias sí fue muy específico al proponer la autodeportación de los indocumentados, al afirmar que vetaría cualquier ley como el DREAM act y al calificar la ley de Arizona como  el modelo a seguir a nivel federal.  

Quizá haya apostado a que suavizando ahora un poco su retórica pueda inducir una especie de amnesia a los hispanos sobre lo que dijo en las primarias. Pero a juzgar por la fría acogida que le dieron los líderes latinos de todo el país reunidos en la convención de NALEO en Orlando, es dudoso que se vayan a olvidar.  

Su intervención  se interpretó como un “discurso de compromiso”.  Incluso hubo analistas políticos como el profesor Darío Moreno de la Universidad Internacional de Florida que opinó que Romney simplemente ha dado por perdidos a los hispanos y a lo único que aspira es a no enemistarles más.

El candidato republicano apenas cuenta con el respaldo de un 16% mientras que Obama obtiene el 82%,  de acuerdo a la encuesta de Gallup revelada hoy mismo.    

El contraste entre la popularidad de ambos con los hispanos se palpó claramente durante la convención de NALEO.  Al presidente le aplaudieron enardecidamente, mientras que Romney no despertó ningún entusiasmo.  

Según el profesor Moreno, en vistas a la realidad Romney ha abandonado la estrategia de los estados del sur  en favor de los del Midwest.  Eso quiere decir que el senador Marco Rubio baja puntos en las quinielas de “vicepresidenciables”.  Sobre todo después de que la directiva del presidente Obama le cortocircuitara la versión que preparaba del DREAM act, que nunca llegó a presentar a votación en el Senado.

Rubio también habló en NALEO y lo hizo de forma apasionada. Visiblemente molesto con el gol que le metió Obama, le acusó de usar  la emigración como un gancho electoral y dijo que en cambio él  “no” tenía motivaciones políticas.

La pureza de intenciones no es precisamente lo que le achacó Romney a Obama cuando trató de convencer a la audiencia de que el presidente usaba a los hispanos y  "daba su voto por hecho",  y de que él, Romney, era “la alternativa” que debían elegir.     
     
¿Pretendería decir que él actúa por amor a los hispanos?  Parece como si el exgobernador de Massachussetts hubiera abandonado su suerte no sólo a la amnesia de los hispanos sino también a la ingenuidad.