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La sangre joven que busca llegar al Congreso

Aunque los ciudadanos en edad de votar son, en una proporción importante, personas jóvenes –en la pasada elección intermedia del 2010 sumaban 70 millones de votantes potenciales– los políticos que ocupan cargos en el Congreso federal son, en su gran mayoría, personas de edad y, es de suponer aunque no necesariamente, de experiencia y sabiduría equivalentes.

La ley marca que para ser electo senador se deben tener al menos 30 años de edad, y 25 años para el caso de los representantes. Pero en la práctica los escaños se ocupan con personas que pintan canas y acumulan años de servicio. En el Senado, por ejemplo, hay 5 senadores octogenarios, 19 en los setentas y 36 en los sesentas. Y al inicio de la actual Legislatura, había 9 representantes octogenarios, 32 en sus setentas y 137 en sus sesenta primaveras. En cambio, solo hay 11 senadores de cuarentaitantos y ninguno de menos edad y en la Cámara Baja –donde hay más juventud– había al comienzo de la actual Legislatura federal 82 representantes en sus cuarentas y 33 en sus treintas.

El representante John Dingell, de 88 años, y el senador Carl Levin, de 80 años. (AP)
El representante John Dingell, de 88 años, y el senador Carl Levin, de 80 años. (AP)

Lo cierto es que no es fácil para un joven político acceder al Congreso, no solo porque el camino en sí es difícil para lograr la nominación de su partido, sino porque los titulares de los escaños, que en el modelo estadounidense tienen la posibilidad de reelegirse indefinidamente, cuentan usualmente con un aparato y apoyos importantes para mantenerse en su posición. Por ejemplo, el senador demócrata Patrick Leahy, de 74 años, llegó a su escaño en 1975, por lo que va ya por sumar 40 años de servicio. Y John Dingell, representante de 88 años, llegó a la Cámara de Representantes en 1955, sumando a la fecha casi 59 años como legislador. Dingell decidió retirarse y no busca su reelección en 2014, pero lo más notable es que el padre de Dingell ocupó antes el mismo escaño entre 1933 y 1955 y que, en 2014, es su esposa la que contiende con buenas posibilidades de ganar para mantener ese escaño en familia.

Sean Eldridge, de 28 años, candidato demócrata a la Cámara Baja en Nueva York. (AP)
Sean Eldridge, de 28 años, candidato demócrata a la Cámara Baja en Nueva York. (AP)

Sea como sea, hay algunos jóvenes que se han lanzado al ruedo en la búsqueda de un escaño federal y para tratar de reducir, un poco, la añeja edad promedio de los miembros del Congreso.

El demócrata Sean Eldridge, de 28 años, compite en el 19 Distrito Congresional de Nueva York contra el no tan viejo titular republicano Chris Gibson, de 50 años. Según el periódico ‘The Daily Star’, Gibson supera ampliamente a Eldridge en las encuestas. En Iowa, un estado de tradición simbólica en las elecciones presidenciales, el demócrata de 27 años Jim Mowrer buscan hacerse del escaño del republicano Steve King, de 65 años, que ocupa ese puesto desde que ganó la elección del 2002.

La republicana Marilinda García, de 30 años, candidata a representante por New Hampshire. (AP)
La republicana Marilinda García, de 30 años, candidata a representante por New Hampshire. (AP)

Del lado republicano también hay jóvenes en pos de un escaño, como son Marilinda García, de 30 años, que intenta desplazar a la demócrata Annie McLane Kuster, de 58 años; y Elise Stefanik, también de 30 años, quien busca ganar el escaño en Nueva York que dejó vacío el demócrata Bill Owens, de 65 años.

En el Senado hay algunos casos interesantes: la demócrata Alison Lundergan Grimes, de 35 años, busca en una contienda reñida y polémica desplazar en Kentucky al patriarca republicano Mitch McConnell, de 72 años; y el republicano de 37 años Tom Cotton tiene buenas posibilidades de derrotar en Arkansas al titular demócrata Mark Pryor, de 51 años. Si ganan se convertirían en los senadores jóvenes estrella del momento.

Y aunque las demócratas Amanda Curtis, de 35 años, y Shenna Bellows, de 39, son políticas también jóvenes, sus posibilidades de triunfo en la elecciones al Senado en Montana y Maine, respectivamente, resultan considerablemente menores según las encuestas.

El candidato republicano al senado por Nebraska Ben Sasse, de 42 años, y su hijo. (AP Photo/Nati Harnik)
El candidato republicano al senado por Nebraska Ben Sasse, de 42 años, y su hijo. (AP Photo/Nati Harnik)

El republicano Cory Gardner, de 40 años, no tan joven como los anteriormente mencionados pero al parecer fresco y activo, también tiene una opción de triunfo ante el demócrata Mark Udall, de 64 años, en la súper reñida contienda por un escaño del Senado de Colorado. Y a los 42 años figura el republicano Ben Sasse, con el camino al parecer despejado para ganar el Senado por Nebraska.

Definitivamente no es que la elección del 2014 vaya a llenar el Congreso de jóvenes ‘Millennials’, pero una cierta infusión de sangre joven es posible. Aunque nada indica que los votantes jóvenes, cada vez más numerosos y activos, voten directamente por un candidato joven, sin mediar las consideraciones ideológicas o políticas, y el peso del aparato de los candidatos titulares influyentes y veteranos.

Y la máxima popular de ‘más vale el diablo por viejo que por diablo’, aplicada a la experiencia política, no debe dejar de tomarse en cuenta.