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¿Pueden las hormigas acabar con los atascos del tráfico?

La manera en que las colonias de estos insectos se auto-organizan pueden servir para regular el tráfico de manera más eficiente

Fila de hormigas. ( Por Filipe 'shello' Rodrigues vía Flickr)
Fila de hormigas. ( Por Filipe 'shello' Rodrigues vía Flickr)

Las hormigas siempre han despertado mucho interés entre los biólogos. Especialmente por su comportamiento, por sus estructuras sociales – pertenecen al grupo de las especies eusociales, junto con abejas y similares. En parte por lo que podemos aprender de ellas. Por ejemplo, sobre cómo regular el tráfico, que es lo que se explica en un artículo reciente.

La forma en que estos insectos organizan y gestionan las rutas de entrada y salida de los hormigueros no se basa en reglas y leyes, obviamente. Se trata de un proceso conocido como autoorganización. En base a pequeñas interacciones entre partes del sistema – en este caso, hormigas individuales – surgen patrones a nivel más global.

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¿Y esto tiene algún significado para el tráfico? Según proponen algunos autores, simplemente al entender cómo las hormigas consiguen no quedarse paradas y provocar atascos, podríamos sacar ideas para nuestras carreteras.

La idea de la que parten los investigadores es la siguiente: cuando aumenta el tráfico – cuando hay más hormigas recorriendo una misma ruta, desde una fuente de comida hasta el hormiguero, y de vuelta – las hormigas consiguen ir más rápido, y no quedarse paradas. Y lo que es aún más interesante, sin que haya “colisiones”, ya que prácticamente nunca se tocan.

Lo mejor de todo es la sencillez con la que lo hacen. Como es obvio, las hormigas no van por carriles. De manera natural se organizan en una fila que va hacia la comida, y otra paralela que vuelve hacia la colonia. Pero nada impide que alguien se salte la fila, o que se cruce.

Y sin embargo, no pasa nunca. Porque aplican una norma muy sencilla: si te encuentras a otra hormiga de frente, échate un poco a la izquierda. El cambio es muy ligero, pero el suficiente como para que no haya colisión.

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Claro, que tampoco se adelantan nunca. Todas las hormigas van tan rápido como pueden. Que no siempre es al mismo ritmo. La velocidad a la que andan estos insectos depende de la cantidad de comida que quede en la fuente de alimentos que hayan detectado. Es decir, que si queda más comida, van más rápido para que no se eche a perder.

Como cada una va a la velocidad máxima, ninguna tiene la tentación de adelantarla. Al menos entre las obreras. En el caso de especies que cuentan con individuos dedicados a la defensa – las hormigas soldado – éstas sí van más rápido. Pero lo hacen por otra vía, también paralela a las anteriores.

Según proponen los autores del trabajo, con sólo copiar estas reglas tan sencillas, el tráfico humano iría mucho más fluido. Otra cuestión es si sería viable.

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