Una nueva técnica consigue en segundos que el pan se conserve meses

Estamos viviendo una auténtica oleada de productos que se autodenominan "naturales" y que, acompañados de una intensa campaña de marketing, nos ofrecen una amplia gama de promesas y ventajas. Probablemente se trate de una moda pasajera y engañosa construida sobre un concepto equivocado puesto que, hablando rigurosamente, nada de lo que comemos es verdaderamente natural al cien por ciento.

Desde los inicios de la agricultura en el Neolítico, el ser humano ha ido introduciendo artificialmente incontables técnicas y variedades durante los últimos 10.000 años. Comenzando por las primitivas técnicas de conservación utilizadas por los egipcios o los romanos, hasta los procesos de deshidratación o la propia pasteurización, nuestra alimentación y nuestra salud actual, se basa en avances y desarrollos tecnológicos que en realidad luchan contra la naturaleza para conseguir beneficios que no están en ella.

Y aun así, a diario podemos ver en anuncios, productos y medios de comunicación un exagerado culto a lo "natural" olvidando que la inmensa mayoría de los avances y comodidades que disfrutamos en nuestro mundo actual han llegado de procesos y técnicas artificiales.

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El tratamiento mediático de lo natural se hace especialmente incisivo en productos tan básicos y necesarios como el pan. El alimento por excelencia desde la Prehistoria se ha ido modernizando con el paso de los siglos y su elaboración se ha mejorado artificialmente en todas sus etapas, desde el molido hasta el horneado.

Ahora una empresa estadounidense llamada Microzap en colaboración con la Universidad Tecnológica de Texas acaban de presentar una nueva técnica que en sólo diez segundos consigue que el pan de molde se conserve hasta dos meses.

El proceso consiste en introducir el pan durante apenas unos instantes en un horno microondas especialmente diseñado para eliminar las esporas causantes del moho que termina poblando este alimento con el paso de los días.

El descubrimiento además se ha realizado de una manera casual puesto que los investigadores de Microzap no estaban buscando a propósito esta aplicación, sino que estudiaban la forma de aniquilar bacterias resistentes a los antibióticos como algunos estafilococos o la salmonella.

La empresa desarrolladora de este nuevo proceso añade además que es posible utilizarlo en otro tipo de alimentos incluyendo algunos tipos de carne e incluso determinadas frutas y verduras.

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La noticia es muy interesante sobre todo si tenemos en cuenta que anualmente se tiran a la basura miles de toneladas de alimentos en todo el mundo. El porcentaje es inmensamente más alto en los países desarrollados donde el desperdicio de comida llega a niveles casi sonrojantes. Sólo en Estados Unidos se estima que una familia media tira a la basura el 40% de los alimentos que compra.

Esta nueva técnica podría ayudar a equilibrar esos datos hacia un consumo más sostenible.

Fuente: Yahoo! España
Una nueva técnica consigue en segundos que el pan se conserve meses