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Un pájaro que vuelve a la vida 73 años después

Por primera vez desde 1941 se han encontrado individuos de timalí de Jerdon en Myanmar

Fotograf&iacute;a de uno de los individuos de Timal&iacute; de Jerdon (<i>Chrisomma altirostre</i>). Se tomaron muestras de sangre y tejidos de varios individuos, que fueron puestos en libertad con posterioridad.<br />Cr&eacute;dito: ROBERT TIZARD/WCS
Fotografía de uno de los individuos de Timalí de Jerdon (Chrisomma altirostre). Se tomaron muestras de sangre y tejidos de varios individuos, que fueron puestos en libertad con posterioridad.
Crédito: ROBERT TIZARD/WCS

Desde 1941 no se había visto ningún timalí de Jerdon (Chrysomma altirostre), un pequeño pajarillo que habita las praderas de Myanmar. Así que era más que lógico considerar que se había extinguido. Sin embargo, en el mes de mayo del pasado año se localizó un individuo. Y después algunos más, demostrando que esta especie seguía viva.

Pero, ¿cómo es posible que cualquier animal haya pasado desapercibido durante 73 años? Por dos motivos. El primero bastante obvio: su pequeño tamaño. Un ave de gran tamaño no habría estado “desaparecido” tanto tiempo.

El segundo factor es más preocupante. Esta especie vive en un hábitat muy particular. Se trata de praderas de herbáceas, que antes eran muy comunes en esta parte del planeta. Pero hoy en día, debido al desarrollo de la agricultura y al crecimiento de las poblaciones humanas, cada vez son más raras y menos extensas.

Como cada vez tenía menos sitio en donde vivir, el número de individuos iba bajando. Lo que hace que sea difícil de encontrar. Pero también hacía sospechar que ya no quedaba ninguno. Si no tienen dónde vivir, y no se los encuentra, la conclusión es obvia.

Aún así, los investigadores decidieron comprobarlo. Durante una campaña de censo de aves en Myanmar, se recorrieron todo el territorio. Y casi por casualidad, escucharon el canto de este pájaro, que es muy particular y prácticamente imposible de confundir con el de otra especie – esto es, para un especialista.

Pero únicamente con lo que parecía el canto de un individuo no se puede “devolver a una especie de la extinción”. Por suerte, aún quedan grabaciones de estos pájaros, y los científicos pudieron conseguirlas. Las reprodujeron en el campo, y esperaron a ver qué pasaba.

Casi inmediatamente después de ponerlas, apareció un macho. Ya se había comprobado que quedaba, al menos, un miembro de esta especie. Lo lógico ahora era pensar que habría más.

Y así es. Empleando la misma grabación como reclamo, consiguieron hacer salir de sus refugios a varios individuos. Tanto machos como hembras, y de casi todos los grupos de edad que se podía esperar. Existía, por lo tanto, una población.

De hecho quedan varias. Después de encontrar la primera, el objetivo de los investigadores pasó a ser encontrar otras. Recorrieron gran parte del país buscando zonas donde se diesen las condiciones para que viviese el timalí de Jerdon. En todas encontraron al ave, pero por desgracia no quedan muchos sitios donde pueda vivir; tampoco son muy grandes ni están en buen estado de conservación.

El siguiente paso que se quiere dar es realizar un censo detallado para esta especie. Y especialmente, localizar todas las praderas de herbáceas donde puede vivir, estudiarlas con cuidado y poner en marcha planes para protegerlas.