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Recrean en un laboratorio la atmósfera de Titán con más exactitud que nunca

Hace unos años, la nave de la NASA Cassini pasó cerca de Titán, la brumosa luna de Saturno en la que muchos ven una imagen de la Tierra primigenia. Al margen de liberar una sonda europea llamada Huygens que descendió sobre Titán enviando imágenes fascinantes, la Cassini "olisqueó" con su espectroscopio la atmósfera de aquella distante luna, rica en hidrocarburos, dándonos la firma espectral de su mezcla de gases.

Desde entonces, los científicos en Tierra habían intentado varias veces, con escaso éxito, fabricar en sus laboratorios algo que se pareciera a aquella firma. ¡Por fin ha habido avances! Ya podemos hacernos una idea bastante aproximado del olor de las neblinas eternas de Titán.

A raíz de esta noticia, me ha hecho gracia ver aparecer el término "oloroscopio" en varios medios, sin duda alguna con la intención de hacer más comprensible al profano el término espectroscopio, que en realidad es simplemente un dispositivo que estudia la huella única que cada compuesto químico deja en la luz, tras dividir esta en sus distintas e inherentes longitudes de onda. Gracias a esta técnica, podemos saber la composición de las estrellas y exoplanetas distantes, sin necesidad de estar allí en persona.

Como os decía, la Cassini nos regaló la firma de la composición atmosférica de Titán, que es tanto como decir que nos dejó probar un trozo de su tarta. Lo que los científicos llevan desde entonces intentando es conseguir la receta de esa tarta. ¿Cómo hacerlo? Bien, me temo que ahí simplemente queda el famoso "prueba y error". Si la firma final de lo que obtienes se parece a la de la Cassini... ¡Premio!

Puede parecer sencillo pero las posibilidades son infinitas, puesto que en la atmósfera de Titán no solo hay nitrógeno y metano (los dos gases más abundantes allí), sino una mezcla de múltiples hidrocarburos aderezada además con ciertos compuestos químicos portadores de nitrógeno llamados nitrilos.

Las primeras pruebas las hicieron, como era de esperar mezclando simplemente nitrógeno y metano, pero la firma resultante del gas que formaban ambos al reaccionar no se parecía ni en pintura al modelo real de la Cassini

Luego empezaron a hacer pruebas añadiendo un tercer componente, benceno (cuya presencia en Titán también se conocía), pero aunque la cosa mejoraba, seguían lejos de llegar a la receta original de la tarta. Tras el benceno llegaron múltiples compuestos también detectados en Titán, pero el esquivo ingrediente secreto seguía sin aparecer.

Finalmente se obtuvieron unos resultados muy próximos al original cuando se probó con una subfamilia de hidrocarburos especial. ¿Cuál era el "ingrediente secreto"?. Bien, los anglosajones se refieren a estos compuestos nitrogenados mediante el acrónimo PANHs (Hidrocarburos Policíclicos Aromáticos) y en realidad no son desconocidos para los científicos. De hecho, están relacionados con todas las formas de vida aquí abajo en la Tierra, ya que están presentes tanto en la hemoglobina como en la clorofila.

Tal y como cuenta el líder de la investigación Joshua Sebree, en la web de la NASA en la que se detalla la simulación atmosférica de Titáno: "Creemos que esto es lo más cerca que nadie ha estado de recrear en un laboratorio aquel rasgo particular visto en los datos de la Cassini".

¿Hemos dado con la receta definitiva? Pues va a ser que no, habrá que refinarla bastante para que ambas huellas encajen como dos copias de la misma llave, pero sin duda el camino tomado parece el correcto. Tiene su gracia pensar que los "aromáticos" (así se refieren los científicos a los PANHs algunas veces para abreviar) estén detrás de la recreación más próxima a la receta original de la tarta de Titán. ¿Verdad?

Publicado originalmente en Astronomía para terrícolas