Por qué los gemelos no son exactamente iguales

Saber qué enfermedades vamos a tener a lo largo de nuestra vida, y por lo tanto poder prevenirlas – o al menos prepararnos para ellas – lleva siendo un objetivo de la biomedicina desde que comenzó a estudiarse. Pero siempre se ha encontrado con un problema: ¿se puede saber de antemano, o hay factores externos que determinan lo que nos hará enfermar? Es decir, ¿se trata de una cuestión genética, o hay factores ambientales en juego?

Este debate no es único de la biomedicina, y tan viejo o más que la simple idea de la genética. Y cada poco salen artículos demostrando una cosa o la otra. El último demuestra que el ambiente tiene una influencia muy alta. Y lo hace de la única manera en que se puede hacer tal cosa: estudiando gemelos.

Para su estudio, el equipo de científicos decidió centrarse en gemelos. En realidad, en lo que en castellano llamamos gemelos – gemelos idénticos o monocigóticos – y en mellizos, o gemelos fraternos. Porque realmente los casos son muy distintos. Los gemelos idénticos comparten prácticamente un 100% de sus genes – son, por decirlo burdamente, clones el uno del otro – mientras que los mellizos no se parecen más de lo que lo hacen dos hermanos.

Si las enfermedades e infecciones que sufren dos gemelos idénticos son las mismas, todo se explica por la genética. Si no, los factores ambientales juegan un papel importante. Es cierto que se trata de una simplificación del problema, pero sirve para entendernos.

Y el resultado fue que en el 75% de los casos, las enfermedades no eran las mismas. No sólo eso, tampoco lo era la manera de enfrentarse a los virus y patógenos. Dependía de cómo se hubiese desarrollado el sistema inmune, que tiene mucho – o casi todo – que ver con el ambiente.

Porque el sistema inmune aprende. Dependiendo de con qué virus, bacterias y otros patógenos se encuentre, estará preparado para responder de una manera u otra. También influye el estado de salud general, la alimentación, y un largo etcétera. Cuestiones que no se encuentran en los cromosomas.

Y pensándolo bien, tiene todo el sentido. Hay muchas explicaciones sobre por qué aparece la reproducción sexual, y por qué es mayoritaria en los animales superiores. Muchas tienen en cuenta el sistema inmune.

Al darse la reproducción sexual, el sistema inmune del hijo es distinto del de los padres. Pero no es exactamente una mezcla de ambos. La cosa es mucho más compleja, pero baste decir que, sobre la base de lo que tienen tus padres, tú creas tu propio sistema inmune.

Y además aprende. Lo que le permite ir adaptándose al ambiente para asegurar la supervivencia de cada individuo. Obviamente, asegurarla hasta donde puede, que tampoco es perfecto e impenetrable.

Así que, en el debate “naturaleza o crianza”, la crianza – esto es, el ambiente – se ha apuntado otro tanto. De momento no queda resuelto, pero algo más cerca de una respuesta sí nos deja.

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Historia original: Yahoo España