Los pulpos son capaces de 'ver' por su piel

La piel de estos animales contiene las mismas sustancias que permiten a sus ojos percibir la luz

Juvenil de pulpo de California (<i>Octopus bimaculoides</i>), la especie capaz de ver por su piel
Juvenil de pulpo de California (Octopus bimaculoides), la especie capaz de ver por su piel

Los pulpos son animales sorprendentes, con algunas características bastante curiosas. Por citar sólo una, sus ojos son los mejor desarrollados del mundo animal, por detrás de los de los humanos. A esto hay que sumarle que son capaces de ver a través de su piel, tal y como se explica en un artículo reciente.

Bueno, tal vez “ver” no sea la expresión adecuada. Son capaces de detectar la luz en ciertas células de su piel y de reaccionar a lo que reciben. Pero esta información no viaja por el sistema nervioso. Como no llega al cerebro, no se forma imagen alguna. En realidad, reaccionan a la luz.

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Toda la superficie de los pulpos de California (Octopus bimaculoides), su piel, está cubierta de unas células llamadas cromatóforos. Estas estructuras participan en la comunicación entre individuos. La manera es muy sencilla: como los cromatóforos son capaces de cambiar de color, pueden enviar mensajes sencillos.

Lo que se ha comprobado es que estas células reaccionan simplemente a la luz, sin que intervenga el cerebro. Hasta ahora, no se había detectado un comportamiento así en ningún animal relacionado. La transmisión de información, la forma de comunicarse, se hace mucho más rápida.

Pero, ¿cómo lo consiguen? Resulta que en estos cromatóforos hay a misma proteína que permite a los ojos detectar la cantidad de luz. En concreto la rodopsina, que también participa en el sentido de la visión de los humanos.

Para comprobarlo, los investigadores llevaron a cabo un experimento muy sencillo. Mantuvieron a los pulpos en un acuario, con una cantidad de luz constante. Y en un determinado momento, aumentaron la intensidad – dicho de manera sencilla, encendieron bombillas – y comprobaron cómo se comportaban los cromatóforos.

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Lo que hacían estas células era expandirse. Y con ello, cambiaban el aspecto y el patrón general de la piel del cefalópodo. Que volvía a su estado anterior cuando apagan las luces extra. Con esto, comprobaban que realmente reaccionaban a la luz, tanto a mayor cantidad como a una pérdida.

Dieron un paso más, tratando de entender cómo funciona este mecanismo. Para ello, emplearon distintas longitudes de onda. Esto es, luz de distintos colores, desde el violeta hasta el naranja. Así pudieron comprobar que reaccionaban mejor en el entorno del azul. Lo que tiene sentido si se utiliza rodopsina, y también dado que viven en el océano.

El siguiente paso que pretenden dar es comprobar si otras especies relacionadas también cuentan con esta capacidad. Si hay más pulpos que emiten un mensaje cuando cambia la luz.

Pero no sólo eso, ya que falta por comprender qué es lo que los pulpos se dicen unos a otros cuando varía la intensidad de luz. Si lo hacen para hacerse más visibles, o avisan de un peligro o de situaciones favorables, en definitiva cuál es la complejidad del mensaje.