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Los países menos poblados del mundo

Por: Víctor Lenore

Todos los días los telediarios nos bombardean con noticias que ocurrieron en las naciones más pobladas del mundo, desde China a Estados Unidos, pasando por La India. Lo que no conocemos tanto son los países más pequeños. ¿Cuántos podrías nombrar?

[Relacionado: Los países más pequeños del mundo]

China tiene más de 1,300 millones de habitantes. La India anda muy cerca, con 1,200 y Estados Unidos le sigue a gran distancia, con “solamente” 311 millones. España se mete en el top treinta gracias a 46 millones de pobladores, por encima de Colombia y por debajo de Corea del Sur. Lo que sigue siendo un misterio para la mayoría son los diez países más pequeños del planeta.

Ahí va la lista, aunque algunos incluirían también a las Islas Pitcairn, un minúsculo territorio en el Pacífico con una población de unos cincuenta habitantes, que seguramente caben en el bar de cualquier aldea.

El Vaticano (800 habitantes)

Plaza San Pedro. (Thinkstock)
Plaza San Pedro. (Thinkstock)

Quizás sea el país más extraño del planeta. Se trata de una teocracia católica donde la ciudadanía no se determina por nacimiento, pues sus ciudadanos son célibes. La pertenencia se determina por contrato, ya que sólo son nacionales quienes trabajan allí, en su mayor parte sacerdotes y guardias suizos.

Tokelau (1,200 habitantes)

Se trata de un archipiélago con tres atolones, situado en Oceanía, pacífico Sur. Solo están inscritos en una federación deportiva internacional: la de ping pong. Iban a participar en los juegos de la Commonwealth 2010 en Nueva Delhi, pero finalmente no aparecieron, sin que hayan ofrecido explicaciones todavía.

Niue (1,500 habitantes)

A pesar de su autogobierno, está asociada a Nueva Zelanda. Tienen una sola escuela primaria, pero pueden presumir de una tasa de alfabetización del 99 por ciento, todo un récord global.

Islas Malvinas (3,000)

Catedral en Port Stanley. (Wofratz/Wikimedia Commons)
Catedral en Port Stanley. (Wofratz/Wikimedia Commons)

Son famosas por la guerra en la que el ejército británico aplastó sin misericordia al argentino. Esta victoria sin demasiado mérito hizo resucitar la popularidad del gobierno de Margaret Thatcher, uno de los grandes iconos políticos de la derecha en los años ochenta.

Santa Elena, Ascensión y Tristán de Acuña (5,661)

Uno de los muchos territorios británicos de ultramar, situado en el sur del Atlántico, entre África y Sudamérica. Santa Elena, la más importante, fue descubierta por los portugueses y usada como almacén. También era conocida por el pirata Sir Francis Drake y por el ejército de su majestad, que la usó como base militar.

Montserrat (6,000)

No, no se trata de la montaña catalana donde vive “la moreneta”. Hablamos de una parte de las Antillas Menores, bajo dominio británico. Destaca por sus celebridades, entre ellas un par de estrellones del criquet, un cantante de soca (ritmo local) y una de las chicas de Boney M.

Tuvalu (10.000)

Está a mitad de camino entre Australia y Hawai. Fue descubierta por un español, Álvaro Mendaña, en 1568. Consiguió la independencia en 1978, pero apenas tiene recursos naturales. Sobrevive gracias a la venta de dominios de Internet, a ceder cuota de pesca a Estados Unidos y a la ayuda internacional.

Nauru (10,000)

Antes conocida como la “isla placentera”, Nauru alberga una población autóctona con más de 3,000 años de antigüedad. La estrella de doce puntas de la bandera representa a los doce clanes principales de la isla. Está situada en Micronesia, en la zona del Pacífico Sur.

Anguila (15,236)

Pintoresca iglesia en Anguila. (Thinkstock)
Pintoresca iglesia en Anguila. (Thinkstock)

Es otro territorio controlado por los británicos, que constituye una de sus últimas posesiones en el Caribe. Como Monserrat, forma parte de las llamadas Antillas Menores. El 90 por ciento de la población es negra, descendiente de antiguos esclavos africanos.

República de Palau (21,000 habitantes)

Se trata de una isla del Pacífico a unos 3,000 kilómetros de Tokio. Pueden presumir de la primera Constitución antinuclear de la Historia, decisión muy acertada a tenor de los sucesos de la central de Fukushima. Su carácter pacifista y conciliador se confirmó cuando aceptaron acoger 17 presos del centro de torturas de Guantánamo.