Las lagartijas del "experimento sexual espacial" ruso vuelven muertas

Imagen del experimento ruso sobre comportamiento sexual en microgravedad.
Imagen del experimento ruso sobre comportamiento sexual en microgravedad.

Cualquier noticia que hable sobre lagartijas en el espacio resulta curiosa. Si el origen del experimento es Rusia, más aún. Y si el experimento tiene que ver con el sexo, y encima los animales llegan muertos, la cosa ya se desmadra. Pero aunque todo esto pueda sonar a chiste, como investigación científica tiene mucho interés.

La verdad es que casi todo lo que podía salir mal, ha salido peor aún en este caso. El satélite que alojaba el experimento perdió el contacto con el control de tierra al poco tiempo de situarse en órbita.

Más adelante se recuperó la comunicación, pero cuando aterrizó se encontraron con que todas las lagartijas – en realidad se trataba de geckos – habían muerto. Por desgracia, debido a su estado, momificadas por acción de las bajas temperaturas, no se ha podido saber cuándo han muerto.

Hasta aquí, las anécdotas. Pero, ¿en qué consistía el experimento? ¿Qué era lo que lo hacía interesante, y merecedor de tanta inversión? Porque mandar un satélite a orbitar en torno a la Tierra es caro, muy caro. Así que el experimento debía ser relevante.

Y lo era. La idea era comprobar el efecto de la microgravedad en las costumbres sexuales y la reproducción de geckos. Que dicho así, tampoco parece muy relevante. En realidad se empleaba a estos animales como modelo para otras especies, incluyendo al ser humano. Y no sólo a ellas, también se experimentó con moscas de la fruta (Drosophila melanogaster).

Los vuelos espaciales largos son algo de lo que se lleva hablando desde hace tiempo. Y también la posible colonización de otros planetas. Con mayor o menor seriedad, incluso con toques más propios de la “ciencia ficción”, pero es algo que está presente desde hace tiempo.

En caso de que realmente se ponga en marcha este tipo de experiencias, hace falta saber cómo afectará a los organismos. Y tanto el comportamiento sexual como, especialmente, la reproducción son fundamentales para que esto se pueda llevar a cabo. Si los animales no se reproducen, de poco sirve llevarlos fuera del planeta.

Podría parecer que el fracaso del experimento nos deja sin datos muy relevantes y de importancia científica. Por suerte, el estudio estaba muy bien diseñado y los datos no sólo se iban a recoger al finalizar. Todo el proceso fue grabado por numerosas cámaras, y los archivos han llegado intactos y están siendo analizados.

Aún falta para saber cómo se adaptaron estos reptiles a condiciones de microgravedad, pero sin duda los resultados serán muy interesantes.

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Publicado originalmente en Apuntes de Naturaleza