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Estudiantes descubren un púlsar que gira 324 veces por segundo

Gran parte de la historia de la ciencia se ha construido a base de aportaciones inesperadas. Muchas de ellas provenían, no de científicos experimentados sino de simples aficionados que gracias a su pasión y tenacidad, nos hicieron progresar, aprender y descubrir. Personajes como William Lassell o el propio William Herschel, son solo un par de ejemplos de estos amateurs que han realizado descubrimientos de manera autodidacta, mejorando en muchos casos el trabajo de los auténticos profesionales.

El año pasado sin ir más lejos, Kathryn Aurora Gray, una niña canadiense de 10 años nos sorprendía a todos cuando saltó a las portadas por haber descubierto una supernova.

El campo de la astronomía es tan amplio que estoy seguro de que a los astrofísicos profesionales no les importa que los aficionados de vez en cuando les echen una mano. Y esto es precisamente lo que ha sucedido hace unos días con el PSC (Pulsar Search Collaboratory), un proyecto en el que astrónomos profesionales y estudiantes aficionados colaboran conjuntamente en la búsqueda de estrellas de neutrones.

Hace tan solo unos días el trabajo de estos estudiantes ha tenido sus frutos puesto que Sydney Dydiw, Emily Phan, Anne Agee y Jessica Pal, las cuatro sonrientes chicas de la fotografía, han descubierto un pulsar que gira 324 veces por segundo, utilizando las instalaciones del Observatorio Nacional de Radioastronomía (NRAO).

"Cuando descubres un pulsar, ¡te sientes como si estuvieras flotando! Es la mejor experiencia que puedas tener. Tienes la oportunidad de conocer astrónomos, hablar con ellos y aprender de su experiencia. Todavía no puedo creer que haya encontrado un pulsar. Es maravilloso saber que hay algo ahí fuera en el espacio que yo he descubierto", afirmaba exultante Jessica Pal del Instituto del Condado de Rowan en Kentaky.

La joven estaba contenta y no es para menos porque las estrellas de neutrones no son objetos muy abundantes en el Universo y son difíciles de encontrar.

Pero... ¿Qué es un pulsar?

Todas las estrellas tienen un principio y un final. Al igual que los humanos nacen y mueren. Su masa será lo que dictamine qué clase de final van a tener. Pueden terminar como enanas blancas (que es lo que le ocurrirá a nuestro Sol) o incluso, si poseen una masa enorme pueden acabar sus días convertidas en una estrella de neutrones o incluso provocar un agujero negro.

Una estrella de neutrones son los restos que quedan tras la explosión de una estrella masiva en forma de Supernova.

Esos residuos tras la explosión se comprimen tan densamente que sólo una cucharada de esa materia condensada tendría la misma masa que toda una ciudad.

Además, estos Pulsar tienen otras características sorprendentes como su intenso campo magnético o su increíble velocidad de giro: algunos llegan a girar cientos de veces por segundo.

¿Por qué giran tan rápido?

Una buena manera de explicar su vertiginosa rotación nos la ofrecía hace unos días el físico Óscar Pinilla: Al condensarse tanto disminuyen su radio que queda reducido a unos 10 kilómetros, pero hay que mantener el momento angular, aumentan muchísimo la velocidad de rotación. Es algo similar a lo que experimentan los patinadores sobre hielo que comienzan girando con los brazos abiertos y aumentan vertiginosamente la velocidad de rotación cuando los recogen.

Su velocidad de giro es tan endiablada que superan varias veces las revoluciones que puede alcanzar el Formula 1 más rápido del mundo.