El caso de la mujer sin cerebelo

Imagen: Feng Yu et al.
Imagen: Feng Yu et al.

Imagina que vas a la consulta del médico porque sufres mareos y nauseas con cierta frecuencia. Los facultativos te hacen una serie de preguntas y pruebas y al cabo de unas horas el doctor te llama a su consulta y te anuncia: "Disculpe, pero lo que a usted le pasa es que no tiene cerebelo".

Esta desconcertante noticia se la dieron recientemente a una ciudadana china de 24 años en la provincia de Shandong, cuyo caso parece documentado en la revista Brain. En las tomografías de su cerebro aparece una zona completamente vacía bajo ambos hemisferios cerebrales, rellena de líquido cerebroespinal. En ese lugar, el resto de los mortales tenemos el cerebelo, una esfera pequeña y compacta pero fundamental para nuestro sistema nervioso. Por aportar un dato: aquí se acumulan la mitad de las neuronas del encéfalo y se conectan los principales haces de nervios que llegan desde la espina dorsal y que nos permiten coordinar nuestros movimientos.

A la izquierda, el cerebro de la paciente. A la derecha, una imagen de un cerebro normal.
A la izquierda, el cerebro de la paciente. A la derecha, una imagen de un cerebro normal.

¿Cómo podía vivir esta mujer entonces? Su caso es el único de los nueve documentados en los que una persona ha vivido sin cerebelo. En los otros ocho el descubrimiento se hizo en la autopsia y todos murieron jóvenes. Nuestra paciente nació sin cerebelo y aunque presentó algunas anomalías (no empezó a hablar hasta los 6 años ni a caminar hasta los 7) parece que la plasticidad cerebral hizo un espléndido trabajo y llevaba una vida más o menos normal.

El caso es uno de los más sorprendentes en neurología porque rompe todos los esquemas que los científicos habrían esperado. El cerebelo coordina los movimientos voluntarios, el equilibrio, la habilidad para determinadas acciones motoras (como correr, conducir un coche o dar vueltas a la cucharilla del café) y las personas con este órgano dañado presentan desórdenes muy graves que les incapacitan para la vida diaria. Aún así, esta mujer china consiguió sobreponerse y gracias a la plasticidad cerebral la mayoría de estas funciones la asumió la corteza cerebral. Un ejemplo más de que el cerebro es capaz de reinventarse y amoldarse a las circunstancias más extremas. Sensacional.

Referencia: A new case of complete primary cerebellar agenesis: clinical and imaging findings in a living patient (Brain)

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Publicado originalmente en Neurolab.