El calor que te puede matar

Durante la canícula debemos hidratarnos más allá de la sed (El Universal/Fernando Ramírez)
Durante la canícula debemos hidratarnos más allá de la sed (El Universal/Fernando Ramírez)

No es noticia que en cualquier país del sur mueran miles de personas en pocos días. Siempre ronda alguna epidemia, un desastre natural, una guerra civil… ¡el drama ajeno de cada día! Pero si los decesos ocurren por altas temperaturas, entonces la mortandad salta a los titulares empujada por la rareza. No en todos los veranos perecen más de 2.300 a causa de la canícula.

Así sucedió en la India en mayo. Episodios similares han golpeado en años recientes a Europa (2003 y 2006), Rusia (2010) y Chicago (1995). La ola de calor europea de 2006 hizo sucumbir a alrededor de 70.000 personas. Según los pronósticos de la comunidad científica, el cambio climático incrementará la frecuencia de estos períodos de bochorno.

¿Qué le ocurre a nuestro organismo cuando soporta tan elevadas temperaturas? ¿Quiénes sufren más las consecuencias de este calentamiento? ¿Podemos sobrevivir en un mundo cálido al extremo?

El colapso del cuerpo

Los humanos utilizamos dos mecanismos para lidiar con el calor: la respiración y el sudor.

En condiciones normales el cuerpo disipa la energía que no utiliza en forma de calor, enviándola a la piel donde, por convección, se transfiere al entorno. Por encima de 37 grados Celsius (100 grados Fahrenheit), esa tarea se dificulta. Entonces acudimos al segundo proceso de enfriamiento.

La sudoración, al evaporarse, reduce la temperatura interna del organismo. Sin embargo, si el por ciento de humedad es demasiado alto, entonces la transpiración permanece sobre la piel. Y ahí empiezan los problemas.

La ola de calor en la India es la segunda más mortífera de la historia de ese país (AFP | Sanjay Kanojia)
La ola de calor en la India es la segunda más mortífera de la historia de ese país (AFP | Sanjay Kanojia)

El recalentamiento provoca fatiga, oleadas de sudor, la respiración agitada, la consciencia se nubla, náuseas, la piel se reseca, vómitos, dolores de cabeza, cae la presión arterial, confusión, la piel palidece, músculos adoloridos, convulsiones, los órganos fallan uno tras otro un golpe de calor. La muerte.

¿Quiénes son los más vulnerables?

Los niños, los ancianos, las personas obesas y los enfermos que toman determinados medicamentos: psicotrópicos, tratamientos para el Parkinson, tranquilizantes y diuréticos. Estas drogas pueden inhibir la sudoración, afectar determinadas funciones del organismo, alterar el comportamiento y, por tanto, desencadenar reacciones fatales…

Pero en la India la mayoría de los muertos son, simplemente, pobres. Poco importa la edad o la condición física si el agua potable o los servicios sanitarios básicos entran en la categoría de los sueños. Pesadillas, más bien, cuando se vive en la calle, en la indigencia.

Un caluroso futuro

Las olas de calor golpeará la producción de alimentos en zonas rurales (AP Foto/Biswaranjan Rout)
Las olas de calor golpeará la producción de alimentos en zonas rurales (AP Foto/Biswaranjan Rout)

Los ambientalistas pronostican que para mediados de este siglo las olas de calor serán 12 veces más frecuentes, si no reducimos dramáticamente las emisiones de dióxido de carbono. Y aunque la relación directa entre calentamiento global y esos fenómenos aún constituye una emergente área de estudio, las evidencias apuntan a un vínculo de causa-efecto.

¿Otra escena apocalíptica del cambio climático? Sí, y de las peores. Porque las temperaturas extremas harán imposibles los trabajos en la agricultura y en el campo en general, sobre todo en los países pobres, donde los productores no disponen de tractores con aire acondicionado. Luego, el descenso en la producción de alimentos engendrará hambrunas y estampidas migratorias. Los refugiados climáticos superarán a los que huyen de la guerra.

Como el cuerpo humano, las sociedades tratarán de manejar la turbulencia, hasta que, sin solución para cientos de millones, colapsarán. ¿Pesimismo? Quizás. A fin de cuentas se acerca el verano y el calor. Aunque las noticias sobre la India se desvanezcan, como un mal recuerdo que no queremos refrescar.