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Describen 138 especies nuevas de un único género de escarabajos

Casi todos los biólogos conocemos una historia, probablemente apócrifa, sobre los primeros días de la teoría de la evolución. Se cuenta que J.B.S Haldane, discípulo de Darwin, uno de los primeros científicos en aunar la recién descubierta genética con la teoría de la evolución entre otras muchas contribuciones, fue invitado a una cena en la que estaban presentes miembros muy importantes de la sociedad de la época. Uno de ellos era el abad de Westminster, quizá la figura más respetada de la jerarquía religiosa británica de la época. El abad, tratando de entablar conversación con Haldane, le preguntó si había aprendido algo sobre la mente del Creador al estudiar su obra, la naturaleza. Casi sin mirarle, Haldane le contestó: “se entretuvo mucho con los escarabajos”.

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De hecho, los coleópteros, el grupo al que pertenecen los escarabajos, es el de mayor diversidad de entre los insectos. Casi un 40% de las especies de estos animales pertenecen al órden de los coleópteros. Y no dejan de aparecer nuevos miembros. El último caso, publicado la semana pasada en la revista ZooKeys, describe 138 nuevas especies. Sorprendentemente, todas ellas pertenecen al mismo género, Operclipygus.

Como resultaba precedible, se trata de un género tropical. Las selvas en torno al Ecuador de nuestro planeta son los lugares de mayor diversidad de todo el globo, por lo que no es sorprendente que los escarabajos de estas regiones sean extremadamente diversos. El grupo más diverso en el área más diversa. Sí resulta llamativo el número de especies. Con esta revisión, el género ha pasado a tener más del cuádruple de miembros.

Pero, ¿de dónde salen estas nuevas especies? ¿Por qué no se conocían antes? Como ocurre muchas veces en biología, se trata de una cuestión de detalle. Si se miran por encima, todos los escarabajos de este género son muy parecidos. Son pequeños, de color oscuro – casi todos negros – y de formas redondeadas. Pero un estudio más detallado, tanto de características anatómicas como de sus cadenas de ADN, demuestra que se trata de un conjunto extremadamente diverso de especies.

A nivel ecológico, los miembros de este género cumplen una función muy importante. Todos ellos son voraces depredadores. Se alimentan principalmente de larvas de dípteros – moscas, mosquitos e insectos afines – aunque pueden atacar tanto a adultos como a larvas de otros animales. Su importancia se basa en que sirven como control de plagas, ya que reducen considerablemente las poblaciones de moscas que atacan tanto a los árboles como a los cultivos.

Por desgracia, y como suele ocurrir con el descubrimiento de especies en zonas tropicales, un gran número de estas 138 nuevas especies están amenazadas. La deforestación de las selvas tropicales está encaminando hacia la extinción a una cantidad ingente de seres vivos, que pueden haber desaparecido antes de que tengamos la oportunidad de descubrirlos y estudiarlos.

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Fuente: Yahoo! España
Describen 138 especies nuevas de un único género de escarabajos