Dar de comer a los pájaros los está enfermando

En un trabajo reciente, los científicos han podido comprobar que los pájaros que se alimentan en comederos contraen más enfermedades y las transmiten a otros individuos

Dos p&aacute;jaros aliment&aacute;ndose en un comedero artificial.<br />Cr&eacute;dito: Bonnie Fairbanks Flint
Dos pájaros alimentándose en un comedero artificial.
Crédito: Bonnie Fairbanks Flint

A mucha gente le gusta tener pájaros cerca. Es decir, en su jardín o su parque favorito. Que estén en libertad, pero suficientemente “ a mano” para poder disfrutarlos. Una práctica común, que ayuda a que se queden por allí y de paso, asegurar su supervivencia, es poner comederos artificiales. Estructuras donde las aves encuentren comida y un cierto refugio, que pueden ser usados por varios individuos.

Pues bien, un artículo reciente alerta sobre el peligro que esto puede tener. La práctica en sí no es mala. Esto es, no es una mala idea, y realmente ayuda a los pájaros, sobre todo en invierno. Pero también son un lugar de contagio de enfermedades.

¿Hasta qué punto? Según los datos, la cosa puede llegar a ser preocupante. Los pájaros que comen habitualmente en estos comederos contraen más enfermedades, y además actúan como vector de manera mucho más notable: contagian sus enfermedades a sus compañeros de bandada.

Para su artículo, los investigadores se han centrado en una única especie y una dolencia concreta. Pero han seleccionado ambos factores con mucho cuidado, de tal manera que los resultados sirven también para explicar otros casos parecidos.

El ave se llama carpodaco doméstico (Carpodacus mexicanus), un pequeño pájaro de la familia de los pinzones muy común en patios y jardines americanos. Y la enfermedad es una infección de los ojos causada por una bacteria. Una conjuntivitis, incómoda para el pájaro pero que no causa la muerte, ni se transmite a humanos.

Cada ave tenía un chip que la identificaba, de tal manera que se sabía cuándo comía en la estructura creada por el ser humano, y con quién lo hacía. Una vez que se tenían los datos, se podía seguir a los animales hasta sus bandadas, y comprobar si había más o menos infectados.

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Y sí, había más casos de conjuntivitis. Muchos en pájaros que no se acercaban a los comederos. En la mayor parte de ellos se podía seguir la infección hasta las aves que más comida aprovechaban. También hay que tener en cuenta que, muchas veces, estas aves son las más débiles de la bandada. Por eso son las que más comen en comederos artificiales, y también por eso son más proclives a enfermedades.

Los científicos están preocupados por si este tipo de situaciones se da en otras especies, no de aves, para las que también se preparan comederos artificiales. Pero proponen una solución, que resulta muy simple. No hay que dejar de colocar estas estructuras que tanto ayudan a las aves. Con limpiarlas y desinfectarlas cada vez que se recarguen de comida, bastaría.