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CALIPSO cuantifica la arena del Sahara que fertiliza el Amazonas

CALIPSO cuantifica la arena del Sahara que fertiliza el Amazonas

¿Te imaginas cargar 1.260 camiones con 22 toneladas de fertilizante cada uno y transportarlos desde el Sahara hasta la selva amazónica?. ¿No verdad? Ninguna empresa podría emprender un desafío de esas características. Sin embargo, la naturaleza lo hace cada año gracias a los vientos que cruzan el Atlántico, y ahora la NASA ha sido capaz de crear un modelo en 3 dimensiones gracias a los datos recopilados durante siete años por un privilegiado ojo situado a 418 kilómetros de altura, el satélite CALIPSO.

El Sahara es uno de los objetos de observación favoritos de los astronautas de la Estación Espacial Internacional, fascinados por sus fotogénicas y enormes tormentas de arena. La superficie de este desierto equivale a la de todos los Estados Unidos de América, pero como habíamos avanzado en este mismo blog, no todo es muerte en las arenas de ese gigantesco erial.

Los vientos, levantan cada año 182 millones de toneladas de arenas en el Chad, de las cuales aproximadamente 27,7 millones acaban por llegar al Amazonas. El fósforo que contienen las arenas, fertiliza la pluvisilva sudamericana aportando nutrientes esenciales que no podrían llegar de otro modo, puesto que las lluvias eternas e aquella cuenca acaban por arrancarlos del suelo y moverlos hacia la desembocadura del caudaloso río.

Arenas del Sahara emprendiendo el vuelo. (Captura de un vídeo de la NASA).
Arenas del Sahara emprendiendo el vuelo. (Captura de un vídeo de la NASA).

Los flujos de arena no son constantes. Estudiando los siete años de datos recopilados por CALIPSO los científicos descubrieron que había diferencias notables de año en año. ¿A qué se debían? El equipo de científicos del Centro de Vuelo Espacial Goddard de la NASA, comandados por Hongbin Yu cree haber dado con la respuesta. Todo depende del grado de humedad del Sahel, una franja de áridos situada justo al sur del desierto del Sahara. Si las lluvias son abundantes en el Sahel, ese año el viento levanta menos arena del Sahara y lo contrario.

Tormenta de arena sobre el Sahara vista desde la E.E.I. (Foto del Twitter del astronauta de la ESA Alexander Gerst).
Tormenta de arena sobre el Sahara vista desde la E.E.I. (Foto del Twitter del astronauta de la ESA Alexander Gerst).

Tal y como Hongbin Yu explica: "la arena afecta al clima, y al mismo tiempo el cambio climático afectará a la arena. Para llegar a comprender cómo podrían ser esos efectos, antes tenemos que intentar responder a dos cuestiones básicas. ¿Cuánta arena se transporta? y ¿cuál es relación entre la cantidad de arena transportada y los indicadores climáticos?"

El satélite CALIPSO funciona recogiendo "cortinas" de datos que muestran información valiosa sobre la altitud de las capas de arena en la atmósfera. Conocer la altura a la que viaja la arena es importante para comprender a dónde va el polvo y cómo interactúa con el equilibrio térmico de la Tierra y las nubes. Los científicos esperan poder crear un modelo por computadora que ayude a mejorar las predicciones de futuros escenarios climáticos en nuestro planeta.

Me enteré leyendo NASA news.

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