La teoría conspirativa más descarnada sobre el origen del VIH

Muchos norteamericanos creen aún que el VIH fue creado en un laboratorio (AFP/Archivos | Sia Kambou)
Muchos norteamericanos creen aún que el VIH fue creado en un laboratorio (AFP/Archivos | Sia Kambou)

¿Fue un virus mutante? ¿Un accidente de laboratorio? ¿Acaso un castigo divino? Pues no, según una afianzada teoría conspirativa, el virus de inmunodeficiencia humana (VIH), causante del sida, fue creado artificialmente por el gobierno de Estados Unidos para acabar con la población negra.

Hace menos de una década casi la mitad de las personas encuestadas por la Oregon State University creía que un equipo de científicos había creado la enfermedad, mientras un 12% señaló a la Agencia Central de Inteligencia (CIA) y el 15% afirmó que el sida consumaría un genocidio racial.

Factores como los experimentos de Tuskegee y los altos índices de contagio entre los afroamericanos hacen que ni siquiera un político tan influyente en la comunidad negra como el presidente Barack Obama haya logrado convencer a muchos de que se trata de un malintencionado rumor.

En Tuskegee usaron a los negros como conejillos de Indias

El estudio clínico gubernamental sobre la sífilis realizado entre 1932 y 1972 en Tuskegee, Alabama, pasó a la posteridad como un ejemplo de racismo en la medicina y de total ausencia de ética científica. Sin conocer la naturaleza de los exámenes, unos 400 negros fueron usados como conejillos de Indias para investigar el progreso de la sífilis. A cientos los dejaron empeorar y morir, pese a que en 1947 se descubrió que la penicilina curaba la enfermedad.

En 1997 Clinton pidió perdón por los experimentos de Tuskegee (EFE/Joe Castro)
En 1997 Clinton pidió perdón por los experimentos de Tuskegee (EFE/Joe Castro)

Las víctimas, en su mayoría analfabetos, creían que eran estaban siendo tratados contra la “mala sangre” a cambio de comida, análisis e incluso un entierro gratis. El experimento duró hasta 1972, cuando la prensa reveló el escandaloso asunto.

En mayo de 1997, el entonces presidente Bill Clinton emitió una disculpa oficial y admitió que aquello fue vergonzoso, racista y moralmente equivocado. Pero el daño estaba hecho, sobre todo para la credibilidad del gobierno.

1981, comienzan a expandirse el sida y los rumores

Desde que el Centro para la Prevención y Control de Enfermedades reportó en 1981 los primeros indicios de una epidemia de VIH en Estados Unidos, se expandieron los rumores sobre la presunta relación del virus con un plan para destruir la raza negra. Personalidades como el presidente surafricano Thabo Mbeki, la Premio Nobel keniana Wangari Maathai y el predicador estadounidense Jeremiah Wright acusaron a Washington de querer borrar del mapa a los africanos y sus descendientes, apoyándose en “informes” de dudosa procedencia.

El supuesto biólogo alemán Jacob Segal afirmó en 1986 que el VIH fue sintetizado en una base militar e inoculado a presos comunes. A su vez, el activista estadounidense Boyd E. Graves aseguró que su gobierno se alió con ciertas compañías farmacéuticas para introducir una modificación del virus bovino Visna en vacunas contra la hepatitis B, suministradas a gays y negros en New York y San Francisco.

Algunos acusaron a la Organización Mundial de la Salud de contribuir a la propagación del VIH en África, enmascarado en un programa para erradicar la viruela. Tampoco faltó quien proclamara que el sida era una plaga enviada por Dios para castigar a los homosexuales y a la sociedad por “tolerarlos”.

Sida y Guerra Fría: la operación Infektion

El ex primer ministro ruso Yevgeni Primakov reconoció en 1992 que la KGB y la Stasi, los respectivos servicios de inteligencia de Unión Soviética y Alemania Oriental, estaban detrás de los rumores de que Washington había creado el VIH con fines de limpieza étnica.

Se trataba de la Operación Infektion, una campaña de desinformación dirigida a generar sentimientos antiestadounidenses y crear tensiones en los países donde el Pentágono tuviera bases militares. Además, la estrategia pretendía desviar la atención sobre ciertos experimentos soviéticos.

En 1983, el periódico indio Patriot publicó una carta anónima que hablaba sobre las maquinaciones de ingenieros genéticos en Fort Detrick, Maryland. Luego trascendió el mencionado informe de Segal y hasta Radio Moscú reportó que el virus era propagado en Zaire (actual República Democrática del Congo) mediante supuestas vacunas contra el cólera.

Obama no ha logrado convencer a todos los afroamericanos de la inocencia de Washington (EFE/Chris Kleponis)
Obama no ha logrado convencer a todos los afroamericanos de la inocencia de Washington (EFE/Chris Kleponis)

La comunidad médica internacional siempre rechazó dichos reportes, que carecían de una argumentación seria, científica y políticamente desprejuiciada.

Afrodescendientes, el sector más vulnerable

Sin dudas los negros son víctimas, pero de su realidad social. Según datos oficiales, en 2009 los afroamericanos constituían el 14% de la población de Estados Unidos y el 44% de los contagiados por el VIH. En tal desproporción inciden desde el limitado acceso a un seguro médico, hasta la permanencia de mitos sobre la enfermedad y el factor espiritual, o sea, la creencia de que el mal desaparecerá si se reza lo suficiente.

Son, a su vez, rezagos de tres siglos de esclavitud y muchos años de segregación racial y marginalización. Pero la cruda realidad es que la llamada Epidemia del Siglo no distingue razas. Solo la educación y una vida sexual activa, pero responsable, conseguirán detenerla, mientras la ciencia encuentra la cura definitiva.