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Una modelo contra la comunidad judía ortodoxa de Nueva York

Pearlperry Reich, en una foto de su página de Facebook
Pearlperry Reich, en una foto de su página de Facebook

Pearlperry Reich es una modelo de 30 años que vive en Estados Unidos en pleno siglo XXI. Sin embargo, observando su vida doméstica siete años antes, parece imposible que hoy por hoy disfrute en la pasarela. Por aquel entonces, nadie habría imaginado que su marido la llamaba 'zorra' delante de sus hijos, le recriminaba que se pusiera pantalones y le avisara por mensaje de móvil que estaba "jugando con fuego" si pensaba que podía dejar la comunidad judía.

Ahora, doce años después, PearlPerry Reich está buscando un divorcio que su marido se niega a concederle. Y ella se ha lanzado a través de las redes sociales contra la comunidad judía ortodoxa con el objetivo de recuperar a sus hijos.

Conste que ésta no es una historia de machismo ni de opresión ni de religión. Esos aspectos están ahí, pero son ramificaciones de un conflicto mucho más básico: los hijos. Su marido, Sinai, no se fía de que Reich sea "lo suficientemente dura" como para criar a sus hijos como los judíos ortodoxos que deben ser.

Y luego, aporta como datos el hecho de que osara llevar pantalones. Ahora que Reich pretende ser modelo, y montar su propia agencia, es de suponer que la situación solo puede ir a peor.

"Soy ortodoxa, pero mi nivel varía un poco de lo que se considera normal en mi comunidad", explica ella ahora, desde la abierta comunidad judía en Nueva Jersey en la que lleva viviendo desde que se fue de casa hace cinco años. Ella busca la custodia legal sin tener que renunciar a una vida más libre.

Es un problema de difícil solución. Los abogados de ambas partes les dicen que sería perjudicial cambiar la educación de los niños, de judíos ortodoxos a judíos a secas. Pero Reich es demasiado poco ortodoxa (por ejemplo, se besa con su novio delante de los chicos) como para que la comunidad se fíe de ella. Para complicar las cosas, la modelo firmó un beth din, un acuerdo prematrimonial en el que juraba que iba a criar a los niños bajo los principios de la iglesia ortodoxa.

No son solo las instituciones a las que tiene en su contra. Sus propios padres, los mismos que la presionaron para que se casara con Sinai en primer lugar, tampoco quieren que se cumpla el divorcio. Son los mismos que "durante años me convencieron para que no denunciara a Sinai a la policía por abuso. Los que organizaron una reunión con mis suegros para que me llamaran puta".

Ahora, Reich busca el apoyo de la opinión pública. Si logra generar simpatía entre la gente puede convencer a su iglesia de que ignoren el beth din y le concedan la custodia de sus hijos. Ha decidido no ser otra mujer que intenta salir de los círculos ultra-conservadores del judaísmo ortodoxo que cuentan su lucha en un libro y en su lugar ha preferido usar las redes sociales. De momento tiene 2.000 seguidores en su página de Facebook. No está mal para una madre que solo quiere recuperar a sus hijos.

Fuente: Daily Mail