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Una cruzada contra los gatos

Gato (Wikimedia Commons)
Gato (Wikimedia Commons)

El economista neozelandés Gareth Morgan ha lanzado la primera cruzada contra los gatos en la historia contemporánea. Su llamado a erradicar esos felinos en su natal Nueva Zelanda ha generado una vertiginosa repercusión en medios de prensa y redes sociales dentro y fuera de ese país vecino de Australia. Y no sorprende tanto eco cuando el autor afirma que nuestros tiernos mininos son “asesinos en serie”.

Morgan no está loco. En serio. Su página web Cats to go ha sido construida sobre la base de investigaciones realizadas por este ecologista durante más de seis meses. Cada argumento de su invectiva contra los gatos se sustenta en revelaciones científicas sobre el efecto nefasto de estos animales sobre la fauna silvestre de Nueva Zelanda, en particular las aves endémicas.

Según los datos colectados por Morgan, los gatos han contribuido a la extinción de nueve especies de aves endémicas y su comportamiento depredador amenaza la existencia de otras 33. En un país donde el 40 por ciento de la avifauna local ha desaparecido y más de un tercio peligra, no cuesta comprender el porqué de la alarma.

El problema se complica por el hecho de que cerca de la mitad de los hogares neozelandeses poseen un gato como mascota, mientras las poblaciones salvajes de este felino han aumentado.

La crítica a la propuesta de Morgan se ha movido del ridículo –en un artículo lo asociaron al “racismo animal”—a consideraciones de expertos en ecología que cuestionan el posible beneficio de exterminar a los gatos.

En declaraciones a la prensa neozelandesa, el ecologista John Innes señaló que la desaparición de los gatos no garantizaría la recuperación automática de las especies de aves en peligro. “Nadie ha hecho cálculos para saber si el número de pájaros que las ratas matarían (si los gatos no estuvieran) sería mayor o menor que la cifra actual de aves ultimadas por los gatos”, apuntó este hombre con tres décadas de experiencia en la conservación de la fauna silvestre.

Los gatos nos han acompañado desde la antigüedad (Massimo Finizio - Wikimedia Commons)
Los gatos nos han acompañado desde la antigüedad (Massimo Finizio - Wikimedia Commons)

Innes no descartó el impacto positivo del decrecimiento en la población felina en Nueva Zelanda, pero alertó sobre las consecuencias en el equilibrio del ecosistema si fuesen erradicados. En círculos ecologistas la idea de clasificar a los gatos como una plaga no es nueva, afirmó, pero no han entrado en esa lista “debido a la reacción política que causaría incluirlos”.

Los gatos no siempre han gozado de los privilegios actuales como animales domésticos. En Europa, durante una parte de la Edad Media, se les consideraba encarnaciones del diablo en la Tierra y como tales recibían el mismo tratamiento que brujas y herejes.

En un artículo publicado en el diario The New Zealand Herlad, Morgan rechazó las acusaciones que lo retratan como un asesino de mascotas. “Pienso que al informar a las personas sobre el perjuicio que los gatos pueden ocasionar, ellas elegirán no remplazarlos cuando mueran o se convertirán al menos en dueñas responsables”, aseguró.

Morgan también aprovechó para colocar su cruzada en el marco de la eterna competencia con sus vecinos de Australia. “Debemos aventajar a los australianos en esto”, sostuvo. En la isla continente se han implementado rigurosas medidas para controlar la población gatuna y reducir sus efectos sobre la fauna silvestre.

Cats to go ha recibido decenas de miles de visitas en pocos días. En un sondeo colocado en el sitio, el 76 por ciento de los participantes desecha la idea de no adoptar un nuevo minino cuando su mascota actual muera. Morgan, quizás sin sospecharlo, ha tocado una de las áreas más sensibles de nuestra sensibilidad virtual: los videos, fotografías, dibujos, historias de gatos… en fin, ocupan buena parte de los tiernos mensajes que saturan Internet cada día.