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Un viaje en el tiempo a través de la fotografía

Dispersa en archivos alrededor del planeta, esta colección de fotos nos invita a la nostalgia, a dejarnos fascinar por un pasado en apariencia menos agitado que nuestro presente. La selección forma parte del proyecto The Commons, en torno al cual un centenar de instituciones –entre museos, bibliotecas, archivos y otras organizaciones—han puesto a disposición de los curiosos un vasto catálogo de imágenes libres de derecho de autor. Este viaje en el tiempo no precisa de máquinas. Basta con observar e imaginar.

La isla de la plata

Esta ínsula, apenas visible sobre las aguas del Lago Superior en Ontario, Canadá, vivió un frenético y breve esplendor entre 1868 y 1883, cuando se descubrieron dos vetas de plata pura bajo la superficie. Los responsables de los Archivos de Nueva Escocia publicaron la foto en Flickr con la esperanza de identificar el lugar. Poco después un distante familiar de James Fraser Page, un ingeniero con talento para la fotografía y autor de la obra, señaló el origen de la imagen de la mina naufragada, vista en algún momento a principios del siglo pasado.

Los pintores del puente de Brooklyn

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Haciendo equilibrios sobre el río Este, estos pintores prefiguraban un siglo antes, sin saberlo, las actuales obras de restauración de esta importante vía neoyorkina. El puente de Brooklyn se elevó como un prodigio de la arquitectura en su época –el puente colgante más largo del mundo al concluirse en 1883—y un medio de comunicación esencial para los residentes en el más populoso de los barrios de la megalópolis estadounidense. Esta fotografía fue tomada el 7 de octubre de 1914.

Un fugaz deporte sobre ruedas

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En medio de la fiebre automovilística de principios del siglo XX, un negociante estadounidense de Ford T, Ralph "Pappy" Hankinson, inventó un deporte que unía el polo (a caballo) con las aún incipientes carreras de autos. Si bien había sido concebido con intenciones publicitarias, el juego ganó adeptos en Estados Unidos durante una década. La Librería del Congreso estima que esta fotografía data de algún momento entre 1910 y 1915.

El día que aprendimos a volar

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El 17 de diciembre de 1903 Orville Wright concluyó el primer vuelo autopropulsado de una aeronave más pesada que el aire. Aunque los hermanos Wright y otros precursores se habían alzado antes encima de planeadores, la historia de la aviación moderna comenzó el día eternizado por esta imagen, un tesoro de la Biblioteca del Congreso de Estados Unidos.

El árbol gigante de Farmington

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Con las raíces desnudas viajaba este prodigioso ejemplar desde Plainville hasta Farmington, Connecticut, "el poblado de las casas hermosas", según asegura el título del libro en el cual fue publicada originalmente la foto. El volumen, salido de la imprenta en 1906, celebraba la historia de la comunidad y retrataba cada casa de la región, además de personalidades de la época y otros detalles de la vida a inicios de siglo.

El elegante arpista de San Francisco

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Poco conocemos de este músico ambulante que, como sus contemporáneos desperdigados por las calles del mundo, ofrecía su arte a los transeúntes frente al Instituto de Arte Mark Hopkins, en San Francisco. La foto debe de haber sido tomada entre 1893 y 1906, cuando esa escuela funcionaba en la Mansión Mark Hopkins. Ese último año el edificio fue destruido por el Gran Terremoto. Según la nota al pie, todos recuerdan al arpista. La afirmación abre un abanico de preguntas que despertarían la avidez de cualquier novelista. ¿Quién era este personaje? ¿Por qué tocaba frente al Instituto? ¿Un antiguo profesor? ¿Qué lo hacía tan memorable? ¿Su arte o una elemental estrategia de marketing que buscaba clientes con oídos educados?

Un niño en la basura

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La mirada fija, quizás en la madre invisible o en algún sitio imaginado que escapa a nuestro entendimiento, este niño espera dentro de un cesto de basura en una calle de Gotemburgo, Suecia, según asegura el pie de foto. La imagen nos ofrece pocos detalles: en segundo plano han estacionado un auto Volvo 544; a la izquierda se adivina un restaurante que, según uno de los comentaristas, se mudó hace 40 años; y la fecha de la instantánea: 1961. El pequeño rondará la sexta década, si aún vive. Solo su memoria podría descifrar este momento, que ahora observamos con cierto candor.

Jaque mate

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El ajedrez no es un deporte de erudito. Cualquier hijo de vecino expondrá, llegada la oportunidad, sus empíricos conocimientos sobre el arte de los escaques, como si su coeficiente ELO superase al de Magnus Carlsen, el mejor ajedrecista del mundo. Esta foto, tomada por el fotógrafo sueco Gunnar Elkelund, congela uno de esos instantes de enfrentamiento callejero, en la Estocolmo de 1957. Elkelund, empleado del servicio de ferrocarriles, fue el encargado de elaborar una antología de 100 fotos para ensalzar la belleza de la capital sueca. Murió en 1979. Fue un buen fotógrafo, asegura un comentarista en Flickr.

Lo llaman invierno

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Los residentes en la provincia canadiense de Nueva Escocia difícilmente olvidará a White Juan, una tormenta invernal que dejó hasta 100 centímetros de nieve en febrero de 2004. La costa atlántica de ese país norteamericano suele recibir grandes acumulados de precipitaciones en invierno. Y a juzgar por esta foto de 1905, la naturaleza no ha sido muy clemente con ellos. Para los que aún añoran el “exotismo” de la nieve, imaginen cómo sería atravesar un muro de blanco de varios kilómetros de largo y alrededor del doble de la altura de un hombre.

Un cuadrúpedo automovilista

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Dinkum tenía un excelente maestro de quien aprender el arte de conducir. Su dueño, Francis Birtles, inscribió su nombre en el salón de la fama de los grandes aventureros y automovilistas del siglo XX gracias a la hazaña de viajar desde Londres hasta Sídney en 1927 –con algunos inevitables pasajes marítimos—en un coche británico de la marca Bean. Nunca antes un vehículo motorizado había cruzado más de 26.000 kilómetros. La pequeña historia recuerda que ni la aduana ni la policía de Sídney se sintieron impresionados por la hazaña. Solo la intervención del primer ministro australiano le ahorró a Birtles algunos engorrosos trámites.