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Un regalo para los “pobres” banqueros

A mal tiempo… buena cara, aconseja la sabiduría popular. En esta época de malas noticias diarias, cuando Europa se hunde en la crisis y Norteamérica se tambalea, el mejor remedio podría emerger de una broma aguda, bien concebida, que coloque la risa allí donde duele. Y haga pensar. Ese es el espíritu de la campaña “Pobrecitos banqueros”, un proyecto de protesta social lanzado en España.

La iniciativa invita a los españoles a devolver a los banqueros, con palabras de “agradecimiento”, todo el apoyo que de ellos han recibido en los últimos años. “¿No te dan pena los pobrecitos banqueros? ¿No te parece triste que se sientan solos, con sus retribuciones millonarias y sus merecidas indemnizaciones?”, ironiza el sitio web pobrecitosbanqueros.org, donde los ciudadanos pueden redactar mensajes de 140 caracteres dirigidos a los presidentes de una docena de instituciones financieras ibéricas.

“Hagámosles ver que les apreciamos con un pequeño detalle de cada uno de nosotros. Ellos saben mejor que nadie que el dinero no importa, importa la intención. Solidaricémonos con su tragedia y ayudémosles. Prepara aquí tu regalo para tu banquero favorito”, invitan los creativos de Wikreate y La Ballena de Hojalata, las dos publicitarias que han organizado la campaña.

En declaraciones a la prensa, los creativos de ambas publicitarias han convocado a sus compatriotas a expresar su descontento con la crisis financiera española, pero “de forma distinta, con sentido del humor”, según Federico Kashi, uno de los responsables de la idea.

Ezequiel Triviño, de Wikreate, ha enmarcado el proyecto en una filosofía de “Menos decir y más hacer”, opuesta quizás a la costumbre de los políticos españoles, cuyas promesas no han evitado la debacle económica en ese país europeo. “Queríamos poner en manos de la gente, del público, una herramienta que les permitiera articular la rabia que sentimos todos ante una situación kafkiana que se está desarrollando de una manera obscena”, señaló Triviño.

En España como resultado de la irresponsable gestión de algunos bancos y la desregulación estatal vigente durante los años del boom inmobiliario, el presidente Mariano Rajoy tuvo que demandar un paquete de rescate a Europa en 2012 y emprender la reestructuración del sistema financiero nacional. La crisis ha dejado a millones de personas sin empleo y sin medios para pagar sus préstamos hipotecarios, muchos concedidos con escasas garantías de reembolso.

Sin embargo, algunos ejecutivos de cajas de ahorro han recibido millonarias indemnizaciones al cesar en sus funciones, mientras cada día se publican en la prensa nuevas revelaciones sobre el caos reinante en la banca española. ¿Y quiénes pagarán el grueso de estos platos rotos? No serán, seguramente, los “pobrecitos banqueros”.