Se busca: el policía que dispara a los manifestantes egipcios en los ojos

Mahmoud Sobhi Eli Shinwai

no se presenta a las largas elecciones que han arrancado hoy en Egipto. Él es solamente un policía. Y, sin embargo, su cara aniñada, su gesto militar rifle en mano, y la mirada firme oteando el horizonte aparecen repetidas veces en carteles pegados por las paredes de todo El Cairo. Son carteles caseros, hechos con una imagen tomada por el móvil: abajo, pone escrito "Se busca", y arriba, se especifica la recompensa. Este teniente solo es un agente más de la policía, pero es el hombre más buscado por quienes protestan contra el poder militar en Egipto estos días: es "El que dispara a los ojos".

El macabro sobrenombre es, en realidad, muy informativo. Se le culpa por una serie de terribles ataques contra manifestantes: ejerciendo de francotirador, dispara a escondidas a la gente, apuntando a los ojos. Ha dejado tuertas a docenas de personas desde que su país se movilizó para derrocar a Mubarak en enero. Al principio, los ataques parecían aislados, daños colaterales en una causa mayor. Pero, según pasaban los meses, varios manifestantes vieron que habían sufrido la misma suerte y que les faltaba al menos un ojo. Entonces fue cuando apareció un vídeo de YouTube, filmado con un móvil, en el que el policía disparaba a un manifestante en el ojo y sus compañeros le felicitaban.

Entonces, razonaron los manifestantes, él debía ser el autor de esta tendencia, y no trabajaba solo. Era una muestra más de los abusos del ejército, que ostenta el poder desde la marcha de Mubarak; los mismos que, precisamente, han empezado esta nueva oleada de protestas, la cual a su vez está generando nuevos ataques y nuevos tuertos. Es el caso de Ahmed Harrara, un joven que ha quedado ciego por culpa de dos disparos en los 10 últimos meses: primero el 28 de enero, cuando las protestas contra Mubarak se estaban recrudeciendo, y luego la semana pasada. La bala, de plástico para herir sin matar a las víctimas, sigue alojada en una de sus cuencas.

Igual la búsqueda no dura mucho. El ministerio de Interior ya ha pedido a Eli Shinawi, de quien dicen que ha tenido una de las formaciones más completas de las fuerzas de seguridad del país, que comparezca ante ellos para responder por sus acciones. Sin embargo, hasta que llegue, seguirá vigente la recompensa de 5.000 libras egipcias (unos 600 euros) por cualquier pista sobre su paradero.

Pero la caza de Eli Shinawi se para hoy. Egipto comienza un larguísimo proceso electoral (se prolongará hasta enero) que está siendo más que problemático por los enfrentamientos entre la población civil y los militares. La imagen de la plaza de Tahrir a rebosar de gente deseosa de cambios ha vuelto a estar de candente actualidad: de nuevo los choques entre ambas facciones, de nuevo los muertos. El último ocurrió cuando un grupo acudió al Parlamento a protestar la elección del ejército de hacer que Kamal Ganzouri, de 78 años, sea primer ministro del país, un puesto que ya ocupó con Mubarak entre 1996 y 1999. Lo último que quieren ver los egipcios son caras del pasado, pero el ejército no tiene prisa alguna por soltar el poder que se le concedió de manera temporal tras las marcha del dictador. Lo único que han prometido es que elegirán un nuevo presidente a medidados de 2012, antes de lo previsto.

Fuente: CNN