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¿Quiénes leen más y qué leen en América?

Los latinoamericanos podemos vanagloriarnos de tener seis escritores ganadores del Premio Nobel de Literatura. El continente ha fertilizado las letras mundiales con memorables movimientos como el realismo mágico. Sin embargo, esos trofeos en el arte de la palabra no han alcanzado para cautivar a millones de personas que jamás han abierto un libro.

En algunos países de América Latina la lectura integra la rutina diaria, mientras en otros los entretenimientos audiovisuales desbordan las horas libres. ¿Dónde los libros son más populares? ¿Qué títulos y autores conquistan la atención de los latinoamericanos?

Argentina, país de lectores

El 55 por ciento de los argentinos lee al menos un libro al año. Esa costumbre coloca a la nación austral a la cabeza de la lista elaborada por el Centro regional para el fomento del libro en América Latina y el Caribe (CERLALC). Según este reporte, Chile y Uruguay, con 51 por ciento, completan el podio de los territorios con mayor proporción de lectores. En el fondo se sitúa México, donde apenas el 27 por ciento de la población completa un volumen cada doce meses.

El haber sido cuna de grandes escritores no garantiza la popularidad de los libros. En el México de Octavio Paz el 73 por ciento de las personas se declararon “no lectores de libros”, mientras en Perú, patria de Mario Vargas Llosa, las dos terceras partes de los encuestados también se confesaron ajenos al mundo de la literatura. No obstante, en Chile, el único país con dos Premios Nobel –Gabriela Mistral y Pablo Neruda—el 80 por ciento de la población reconoció su afición a la lectura.

De acuerdo con el informe del CERLALC, “un organismo intergubernamental, bajo los auspicios de la UNESCO, que trabaja en la creación de condiciones para el desarrollo de sociedades lectoras”, la falta de tiempo y el desinterés por la lectura justifican a la mayoría de las personas que jamás o raras veces abren un libro. Solo los argentinos parecen haber incorporado este hábito a sus opciones ideales para pasar las horas de ocio –66 por ciento—lejos de Brasil y Colombia –alrededor de un tercio—y a “años luz” del resto de los países comprendidos en la investigación: nueve latinoamericanos y dos europeos.

Todos leen lo mismo

Las listas de los libros más vendidos en 2013 en América Latina revelan la existencia de un mercado bastante uniforme. Los bestsellers se repiten de México D.F. a Buenos Aires y, en algunos casos, coinciden con los éxitos de Europa y Norteamérica.

En Colombia triunfó “Infierno”, la sexta novela del escritor estadounidense Dan Brown, que repitió su éxito de ventas en Chile, Argentina y Venezuela. La ficción, que se alimenta de los presuntos misterios ocultos en la Divina Comedia de Dante Alighieri y coloca nuevamente al profesor Robert Langdon en el centro de la trama, clasificó también como el libro más vendido por Amazon el año pasado. A pesar de la acogida del público –o quizás por la misma razón—algunos críticos han catalogado esta entrega como la peor de Dan Brown hasta la fecha.

Otra mimada de los lectores fue la británica E. L. James, creadora de la trilogía iniciada con “Cincuenta sombras de Grey” –y seguida por “Cincuenta sombras más oscuras” y “Cincuenta sombras liberadas”—, que arrasó en las librerías de Chile, Argentina y Colombia. A pesar de las diferencias culturales entre la sociedad anglosajona donde se desenvuelve la heroína, Anastasia Steele, y el entorno más conservador de sus compatriotas latinoamericanas, la saga erótica ha calado a millones de lectoras al norte y al sur.

Paradójicamente, “Infierno”, la trilogía de E. L. James o la también popular novela "La verdad sobre el caso Harry Quebert”, del suizo Joël Dicker, no llamaron la atención de prestigiosos diarios como el británico The Guardian y el estadounidense The New York Times, que cierran cada año con una selección especializada de “los mejores libros”.

Aunque no ausentes del todo, los escritores latinoamericanos escasean en la cúspide de los textos más buscados por los lectores latinoamericanos. La recopilación de fragmentos eróticos de Isabel Allende, titulada “Amor”, entró en el top 10 en su natal Chile, mientras “El héroe discreto”, de Vargas Llosa, recibió una buena acogida entre sus compatriotas peruanos, en Argentina y en México.  ¿Las razones para esta presencia tan discreta? Probablemente el desbalance entre las fuertes campañas de mercadeo que acompañan a los bestsellers anglófonos y la promoción menor de las obras de los autores locales.

Postdata estadounidense

Si bien en Estados Unidos alrededor del 80 por ciento de la población adulta lee al menos un libro al año –de acuerdo con un sondeo del Centro de Investigaciones Pew de 2012—el hábito de lectura varía de manera notable entre regiones. Un estudio de la Central Connecticut State University (CCSU) ha revelado qué ciudades norteamericanas exhiben los mejores indicadores de lectura y cuáles apenas ofrecen oportunidades a sus residentes para estimular este hábito.

Entre las más amigables para los lectores aparecen Washington D.C., Seattle, Minneapolis, Atlanta y Pittsburgh; en el lado opuesto del ranking, San Antonio, Corpus Christi y El Paso en Texas, Stockton y Bakersfield en California. Los investigadores conformaron su lista a partir de seis variables: los sistemas de bibliotecas, las librerías, el nivel educacional de los pobladores, la lectura en formato digital y la existencia de periódicos u otras publicaciones impresas.

En general las urbes donde abundan las personas con diplomas de nivel medio y superior, además de altos ingresos, suelen ubicarse entre las mejores. Estas localidades con nutridas comunidades de lectores también atesoran un mercado de trabajo bien provisto de empleos en el sector científico, la gestión y profesiones con elevados salarios.