Obtener asilo, tarea difícil para los mexicanos en Estados Unidos

La guerra contra el narcotráfico ha empujado a miles de mexicanos a solicitar asilo en Estados Unidos.
La guerra contra el narcotráfico ha empujado a miles de mexicanos a solicitar asilo en Estados Unidos.

La guerra contra el narcotráfico ha disparado la violencia en México, en una suerte de sismo criminal cuyas ondas alcanzan desde Centroamérica hasta la frontera con Estados Unidos. Los asesinatos, secuestros, extorsiones y la inseguridad generalizada empujan un número creciente de mexicanos a buscar asilo. Sin embargo, las autoridades estadounidenses rechazan la mayoría de las solicitudes.

La reticencia de Estados Unidos a ofrecer protección a los mexicanos que temen por su vida contrasta con la apertura hacia otros países en conflicto o gobernados por regímenes no democráticos. ¿Qué naciones reciben las mayores cuotas de asilo? ¿Por qué México, a pesar de la crisis social presente, no aparece en la lista de prioridades de Washington en este tema?

Entre la incomprensión y el desprecio

Las solicitudes de asilo presentadas por ciudadanos mexicanos han aumentado de manera constante en los últimos cinco años. Según datos del Departamento de Justicia de Estados Unidos, 2.490 mexicanos pidieron esa protección especial en el año fiscal 2009. En 2013 la cifra ascendió a 8.569. A pesar del notable incremento, la cantidad de demandas aceptadas se ha mantenido en torno a dos por ciento.

La complicidad entre políticos y criminales no es evidente aún para las autoridades migratorias de EEUU.
La complicidad entre políticos y criminales no es evidente aún para las autoridades migratorias de EEUU.

Expertos en temas migratorios consideran que las autoridades estadounidenses tienden a desestimar las razones de los solicitantes mexicanos. Para funcionarios y jueces, los ciudadanos del vecino del Sur huyen de las precarias condiciones de vida, lo cual los descalifica como beneficiarios del asilo.

La muerte de alrededor de 130.000 personas a causa de la guerra contra el narcotráfico, los escándalos de corrupción que salpican a políticos, la complicidad abierta entre la policía y los carteles de la droga, y el clima de violencia generalizado apenas han cambiado el criterio de que la emigración mexicana es fundamentalmente económica.

Un informe especial del American Immigration Council, publicado en mayo pasado, recogió testimonios de solicitantes que denunciaron el maltrato de agentes de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP). Según las víctimas, los oficiales afirmaban que Estados Unidos no otorgaba refugio a los mexicanos, mientras los amenazaban con separarlos de sus familias o someterlos a largas detenciones si perseveraban.

Por otra parte, la CBP aceleró el procesamiento en muchos casos para garantizar la expulsión. Los detenidos no recibían la información adecuada en español y las entrevistas para establecer los motivos de la petición se ejecutaban rápidamente. Como consecuencia, la mayoría de las solicitudes eran rechazadas en el acto o naufragaban luego en la corte por deficiencias en el dossier.

Los mexicanos padecen también las consecuencias del llamado argumento de las compuertas (floodgate argument): al ser un país limítrofe, Estados Unidos teme que la aceptación de más demandas de asilo desencadene un alud de solicitudes similares. Asimismo, el hecho de presentar aplicaciones para “asilo defensivo” –personas que piden ese estatus para no ser expulsadas de Estados Unidos—reduce las opciones de recibir una respuesta positiva.

En América Latina, Venezuela encabeza la lista de solicitudes de asilo aceptadas. (EFE/Miguel Gutiérrez)
En América Latina, Venezuela encabeza la lista de solicitudes de asilo aceptadas. (EFE/Miguel Gutiérrez)

¿Quiénes reciben asilo en Estados Unidos?

De acuerdo con el Departamento de Seguridad Nacional (DHS), para ser elegible como refugiado o asilado un solicitante debe cumplir con la definición de refugiado establecida en la Ley de Inmigración y Nacionalidad: la persona no puede o no desea regresar a su país a causa de la persecución o por temores bien fundados de persecución por motivos de raza, religión, nacionalidad, pertenencia a un determinado grupo social o por sus opiniones políticas.

Los demandantes deben pasar, en primer lugar, una entrevista para explicar por qué el regreso a sus países de origen representa una amenaza real para sus vidas. Si el agente a cargo del interrogatorio considera válidas las razones, el caso pasa a un juez de inmigración que continuará el proceso de deportación, pero no por la vía expedita.

En 2013 Estados Unidos concedió asilo a 25.199 personas. Más de la mitad de los beneficiados provenían de China, Egipto, Etiopía, Nepal y Siria. En América Latina y el Caribe la lista la encabezaron Venezuela, con 687 solicitudes aceptadas y Haití, con 496. Ese mismo año apenas 155 mexicanos recibieron ese estatus especial.