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Muchachas africanas generan electricidad con orina

El generador de electricidad (Erick HASH Hersman - Flickr)
El generador de electricidad (Erick HASH Hersman - Flickr)

El petróleo se agotará probablemente antes de que concluya este siglo, o un poco después. Ninguno de nosotros viviremos ese momento, quizás, pero no deja de ser perturbadora la idea de que la humanidad se quedará sin su principal fuente de energía. Y aunque se han desarrollado otras energías alternativas, no parece evidente cuál de ellas ocupará el lugar de los combustibles fósiles.

Por eso el sorprendente invento de cuatro adolescentes nigerianas ha provocado tanta admiración en el evento Maker Faire Africa, que este año se celebró en Lagos. Las chicas se presentaron con un generador de electricidad que utiliza la orina como combustible. ¿Y acaso no será ese desecho de nuestro cuerpo la fuente más barata de energía jamás concebida?

Según el blog de ese encuentro anual de inventores africanos, el aparato funciona de la siguiente manera: se vierte la orina en una celda electrolítica, la cual se encarga de separar el hidrógeno; luego este gas pasa por un filtro de agua para ser purificado y de ahí se almacena en un cilindro de gas; a continuación el hidrógeno es empujado hacia otro cilindro de bórax líquido, que elimina la humedad, y finalmente ese gas alimenta el generador. ¿¡Sencillo, eh!?

A los que desconocemos profundamente la química u olvidamos aquellas entretenidas clases en la escuela, llenas de símbolos, fórmulas y reacciones incomprensibles, nos parecerá una maravilla tecnológica. ¿Imaginen cuántas personas podría disfrutar de la electricidad si apenas necesitaran de su propia orina para alimentar los generadores de corriente? Solo en Nigeria se estima que 162 millones de personas viven a oscuras.

Sin embargo, expertos en la materia ha cuestionado no sin delicadeza la invención de las adolescentes africanas. En declaraciones a Wired, Oliver Warr, investigador de la Universidad de Mancheste, señaló que difícilmente el artefacto producirá más electricidad que la necesaria para separar el hidrógeno de la orina. Otro problema mayor sería el almacenamiento seguro de ese gas tan explosivo.

Warr calificó la propuesta como una "idea maravillosa" y elogió el interés de estas adolescentes en convertir materias desechables en algo útil.

"Es un proyecto escolar, así que no debemos tomarlo (tan en serio)", dijo a NBC la ingeniera química Gerardine Botte, de la Universidad de Ohio. Botte destacó, no obstante, que la idea de utilizar la orina para producir electricidad podría emplearse para hacer más eficiente el tratamiento de aguas residuales.

Para Duro-Aina Adebola, Akindele Abiola, Faleke Oluwatoyin y Bello Eniola este no sé seguramente el fin de su carrera como inventoras. Esta primera idea, aunque insuficiente en su aplicación práctica, avizora para ellas un futuro brillante en el mundo de las ciencias.