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Molinos de viento… en un lugar de Carolina del Norte

Durante mucho tiempo para Vollis Simpson los molinos fueron una solución práctica a los problemas cotidianos, como cuando era sargento de la Fuerza Aérea en Saipan (Islas Marianas) durante la Segunda Guerra Mundial, que construyó uno para transmitirle corriente a una lavadora, o años más tarde, de vuelta a Estados Unidos, para adaptar el sistema de calefacción de su casa en Carolina del Norte. Pero no fue hasta 1985 —quizás en una suerte de “quijotización”— que Vollis comenzó a valorar los molinos desde una perspectiva menos utilitaria. Entonces los siguió haciendo… simplemente para ver cómo se movían y sonaban por el viento.

De fuentes de energía a obras de arte cinético

Aunque al inicio fue recibido con escepticismo, el nuevo imaginario de Vollis Simpson muy pronto comenzó a llamar la atención. El High Museum of Art de Atlanta incluyó los molinos en su colección en 1987, y una década más tarde le encargaron cuatro esculturas para los Juegos Olímpicos de 1996 que fueron colocadas en el centro de la ciudad.

Estos artilugios móviles hechos de piezas de maquinarias abandonadas, artefactos de cocina, ruedas de bicicleta, señales de tráfico y reflectores de carretera, forman monumentales estructuras con un extremo nivel de detalle, que pueden pesar 3 toneladas y alcanzar unos 55 pies de altura.

Hasta hace poco, Whirligig Park era la parada obligatoria de ómnibus de escolares, turistas, y los mismos vecinos de Lucama, que llegaban al modesto taller de la calle Wiggins Mill Road para conocer en persona al artista autodidacta, quien falleció recientemente a los 94 años de edad.

Pero su extraordinario legado, decenas de molinos de color vibrante, están siendo restaurados para la apertura de una nueva locación en noviembre de este año, a pocos kilómetros de su casa. Será una especie de parque y museo al aire libre, único en su tipo, en el centro de Wilson, donde la comunidad local y turistas podrán caminar entre las icónicas esculturas eólicas de Vollis Simpson.


La falsa leyenda

El velo de una leyenda popular también cubre el Whirligig Park. Cuentan que una de las hijas de Vollis Simpson murió mientras conducía a casa a altas horas de la noche. Y para los seguidores del mito, el parque —también conocido como Acid Park— es la materialización de los enrevesados sueños de Vollis después del trágico accidente y una manera de honrar la memoria de su hija.


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