Mike, el “chico milagro” de la tormenta Sandy

Arrastrado por la corriente furiosa hacia la bahía Silver, Mike pensó que iba a morir. Apenas había abierto un instante la puerta de su casa cuando un torrente lo arrancó hacia el torbellino que inundaba el litoral de New Jersey. Nadó durante más de cuatro horas, esquivó olas enormes, tragó mucha agua salada. Pero no se ahogó.

La tormenta Sandy golpeó la costa este de Estados Unidos con una marea destructora y lluvias copiosas que destruyeron miles de hogares y dejaron más de un centenar de muertos. En el poblado de Toms River, un discreto lugar de la costa al sur de Nueva York, este joven conocido solo como Mike protagonizó una de las historias dramáticas de esas jornadas. Su odisea se ha difundido en las redes sociales donde ahora lo apodan el "chico milagro".

Mike intentó regresar a su casa porque podía refugiarse en una mansión cercana. Las olas lo empujaron hacia otro sitio hasta que finalmente pudo entrar en una residencia vacía. En el interior la dueña había dejado unas toallas sobre el sofá y mantas de lana dispersas. "Sentí que por alguna razón ella sabía que alguien las necesitaría", relató el joven a una estación de radio local. Se cubrió con ellas. Tiritaba de frío y la sal marina corroía su garganta. Allí permaneció una dos horas, hasta que recuperó las fuerzas para retornar a la calle y encontrar ayuda.

Antes de lanzarse nuevamente al agua, Mike escribió una nota de despedida para su padre:

"Quien quiera que lea esta nota estoy MURIENDO —tengo 28 años y mi nombre es Mike. Tuve que penetrar en su casa. Tomé algunas mantas de su sofá. Tengo hipotermia. Nada más. Una ola me lanzó fuera de mi casa. No creo que sobreviva. El agua afuera ha subido hasta 10 pies al menos. No hay rescate. Dígale a mi padre que lo quiero y que traté de salvarme. Su número es…., su nombre es Tony. Espero que pueda leer esto. Estoy a oscuras. He tomado una chaqueta negra también. Adiós. Quiera Dios todopoderoso ayudarme."

La providencia o la casualidad colocaron a un vecino llamado Frank en el camino inundado. El hombre manejaba una moto acuática y rescató a Mike. A salvo en casa de Frank, el afortunado Mike pudo calentarse en una estufa de gas, cubrirse con ropas secas y tomar chocolate caliente para devolverle la calidez al cuerpo. Horas después se reunió con sus amigos y su padre en Kettle Creek.

"Para ser honesto contigo, ahora siento miedo de la oscuridad", confesó Mike al periodista Justin Louis. "Permanecí en la oscuridad por tanto tiempo rodeado por olas de al menos 15-20 metros cayendo sobre mí en la bahía. No podía ni siquiera respirar."

A su regreso a casa, Christine Treglia encontró la nota y llamó inmediatamente al padre de Mike. Luego publicó el texto en Facebook y desde allí el relato se ha difundido por Internet.

"Yo solo quería decirle a mi padre que lo intenté, que no me acobardé, que hice lo posible", dijo Mike a la emisora de radio, aún turbado por el recuerdo de esas horas vividas en el infierno de agua provocado por Sandy.