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Las muchas caras de las críticas a Obamacare

La Ley de Cuidado de Salud a Bajo Precio, mejor conocida como reforma de salud u ‘Obamacare’, ha sido atacada y criticada fuertemente incluso desde antes de su promulgación, aunque sus simpatizantes y respaldos han sido también considerables e influyentes.

Pero del lado de la polémica, que ha provenido principalmente de los grupos conservadores y de ultraderecha –aunque ciertos sectores moderados y de izquierda también la han criticado en menor grado-, las objeciones han sido de diferentes tipos. Muchas son ideológicas y partidistas, otras se apoyan en criterios libertarios y otras son económicas y prácticas.

Los dos mayores motivos de controversia, que llegaron incluso a dirimirse en la Corte Suprema, son el llamado mandato individual y la expansión de Medicaid. El primero obliga a las personas a contar con un seguro médico e impone multas que pueden llegar hasta unos $700 anuales a quienes (individuos o familias) no cuenten con una póliza de cobertura de salud. El segundo amplía la cobertura de Medicaid, un seguro de salud público estatal/federal que protege a las personas de muy bajos ingresos, niños y apersonas deshabilitadas. Obamacare amplía esa cobertura a personas de mayores ingresos y otorga a los estados al menos el 90% de los recursos para esa expansión.

Opositores a Medicaid consideran el mandato individual una intrusión inaceptable del estado en la vida de las personas y una obligación excesiva. Sin embargo, la Corte Suprema mantuvo esta provisión de Obamacare en una votación cerrada 5-4, y con ello el 1 de enero del 2014 comenzará a tomar efecto. En paralelo, en esa fecha comenzarán a operar los nuevos mercados de seguros médicos (algunos estatales y uno federal) donde las personas podrán adquirir pólizas de seguros médicos a precios subsidiados. Los críticos de estos mercados señalan que serán un foco de caos y confusión, aunque sus impulsores afirman que, al estar basados en tecnologías digitales y con información clara sobre sus alcances, serán de uso fácil y sencillo para la mayoría.

Un mandato similar que obliga a los empleadores con más de 50 trabajadores a ofrecer seguro médico a su personal (so pena de multas de hasta $3,000 por empleado) también ha sido muy criticado por el peso económico y burocrático que este esquema supondría para las pequeñas empresas y por su carácter intrusivo. Pero apenas hace unas horas el gobierno anunció que el inicio de esa provisión será pospuesto hasta 2015.

Obamacare también garantiza que las compañías aseguradoras no podrán discriminar o negar cobertura por enfermedades preexistentes y deberán cubrir también acceso a mecanismos de control de la natalidad y de salud de la mujer. La obligación de empleadores vinculados a instituciones religiosas de ofrecer a sus empleados seguros médicos que incluyan cobertura de anticonceptivos ha sido otro factor de disputa. Se excluyó de esta obligación a las iglesias directamente, en atención a los nexos entre control de la natalidad y su credo, pero escuelas, universidades u hospitales de filiación religiosa seguirán sujetas a esa provisión. Para sus críticos, esto equivale a una ‘guerra contra la religión’ emprendida por Obamacare.

En el caso de Medicaid, la Corte Suprema mantuvo la validez de su expansión, pero autorizó a los estados a elegir si participar o no en ella. Como consecuencia, los estados quedaron divididos prácticamente en dos grupos: los gobernados por demócratas que han asumido activamente la ampliación de Medicaid, y los gobernados por republicanos, que han rechazado unirse a este esquema. Algunos inclusos rechazan Medicaid en sí, al considerar que es un sistema roto que no debe ser ampliado. No obstante, varios gobernadores republicanos han finalmente aceptado sumarse a Medicaid para recibir los miles de millones de dólares en fondos federales asignados para su expansión. En realidad, la expansión de Medicaid permitirá que millones de personas sin seguro médico y que tendrían dificultad para adquirir uno cuenten con cobertura de salud.

En este sentido, una de las críticas de importancia es la que proviene del ángulo ideológico-partidario. Para republicanos, conservadores y la ultraderecha, el concepto de protección social, subsidio y cobertura ampliada tiene tonos ‘socialistas’ y representa una carga injusta para los contribuyentes sanos y ricos, que tendrán que subsidiar a los enfermos y pobres. Se trata de la común oposición entre el liberalismo radical y el ‘estado de bienestar’, si bien en el caso de Obamacare tal estado de bienestar es minúsculo. En cambio, grupos de izquierda han criticado a Obamacare por considerar que no avanza lo suficiente rumbo a un estado de bienestar amplio, similar al que existe en ciertas naciones europeas de tradición socialdemócrata.

Otra polémica de relevancia es la presupuestal. En la presente penuria por la elevada deuda, el déficit, el desempleo y el bajo crecimiento económico, los críticos de Obamacare han señalado que este esquema drenará miles de millones de recursos fiscales y incrementará el déficit de manera gigantesca. Los conservadores también critican que estos dineros vayan a provenir de una ampliación del impuesto de Medicare que pagan las personas con ingresos de más de $200,000 ($250,000 para quienes declaran con su pareja). Además, los impulsores de Obamacare indican que la ley ayudará a recortar el déficit pues reducirá el dispendio y el gasto excesivo en programas como Medicare.

En todo caso, la oposición a Obamacare desde el campo republicano ha sido consistente, aunque poco efectiva. Varios intentos de derogarla se han dado en la Cámara de Representantes aunque se han frenado en el Senado. La ley es sin duda un factor divisivo para ciertos grupos y los grupos de ultraderecha han clamado contra Obamacare con intensidad, aunque no siempre con precisión. Por ejemplo, Sarah Palin llegó a afirmar que la ley creará comités que decidirán si una persona anciana o enferma era digna de recibir cobertura médica, lo que es falso pero no por ello ha dejado de ser creído y utilizado por algunos. Mientras, muchos políticos republicanos continúan enarbolando la bandera del repudio a Obamacare y es previsible que el tema siga vigente en nuevas elecciones y se recrudezca, con diferentes ángulos, una vez que en el 2014 comiencen a aplicarse las principales provisiones de la reforma de salud.

-Jesús Del Toro es director del periódico RUMBO de Houston. @JesusDelToro